Con la imagen de Sant Antoni presente, los animales fueron bendecidos en Esporles. Foto: NURIA RINCÓN

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NEUS LÓPEZ/GAM/MARGALIDA PALMER

La celebración de las fiestas de Sant Antoni continúa en la Part Forana de Mallorca. Ayer, se dio paso a las tradicionales beneïdes, actos que no pueden faltar por estas fechas. Los vecinos de Llucmajor, Esporles y Pòrtol, entre otras localidades, se echaron a la calle para participar en la bendición de sus mascotas.

El acto más lucido tuvo lugar en Llucmajor, donde los actos comenzaron sobre las 10.30 horas con el desfile de carrozas, que partió de Jaime III hasta llegar al Lloc Sagrat. La comitiva iba encabezada por «El mateixos de sa música», seguidos por la colla de dimonis y Sant Antoni. Andrea Adrover, presidenta de la Associació d'Amics de ses Bisties, explicó que más de 60 caballos desfilaron por las calles del municipio, participación que se ha incrementado al sumarse particulares y otras entidades como Es Trencadors o Quart Creixent. La llegada al Lloc Sagrat fue muy aplaudido por el numeroso público congregado y allí tuvo lugar uno de los momentos más esperados: la escenificación de la lucha entre el bien y el mal, representado por Sant Antoni y los dimonis. Acto seguido, comenzaron a pasar para ser bendecidos delante de la imagen del santo, los vistosos carros, cabriols y galares, así como las carrozas -una de ellas de los escolares del colegio Jaume III- y de comparsas. Las mascotas -perros, canarios, loros, hámsters...- también fueron bendecidos.

Menos espectacular fueron las beneïdes de Esporles, pero también atrajeron a numeroso público con sus animales de compañía. La bendición tuvo lugar en la parte lateral de la iglesia y por allí desfilaron, sobre todo perros, así como también un halcón, varios caballos y ponis. En Esporles, no hay tradición de desfile de carrozas.

Pòrtol fue otra de las poblaciones donde se celebraron ayer las tradicionales beneïdes. En torno a 500 personas, se congregaron para presenciar el desfile de carrozas y de caballos.

La fiesta fue organizada por la Comissió de ses Beneïdes de Sant Antoni. Las carrozas recorrieron las calles del núcleo hasta llegar a la plaza de la iglesia donde tuvieron lugar las bendiciones de los animales.

La celebración concluyó, al igual que en Llucmajor, con una torrada popular en un fogueró.