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G.MAS/J.M.SASTRE La nueva mezquita de Felanitx, que a principios de esta semana revolucionó el municipio y congregó a unos 300 vecinos del pueblo en la sala de plenos para escuchar las explicaciones de la alcaldesa Soler, continúa creando comentarios de todo tipo.

La noticia avanzada por Ultima Hora el pasado martes llevó el debate a la calle. Mientras algunos vecinos apuestan abiertamente por respetar la libertad de culto de la comunidad musulmana, otros prefieren no participar en esta encuesta.

A pesar de que la cuestión de base sea el traslado de la mezquita de un local en alquiler a un inmueble propiedad de la comunidad, la división se hace evidente y va más allá de un simple asunto inmobiliario. La llamada a la concordia y al respeto del rector Llorenç Lladó y de la alcaldesa parece no haber calado en un sector considerable de los felanitxers.

Lo cierto es que muchos vecinos consultados por este periódico muestran su oposición a la construcción de esta nueva mezquita. La desinformación en este caso juega en contra de la comunidad musulmana porque aunque se haya dicho por activa y por pasiva que no será un centro comarcal, muchos siguen pensando que sí lo será.

A pesar de todo, la mayoría de los encuestados defiende la máxima de vivir y dejar vivir aunque, matizan, que todo el mundo debe cumplir las leyes por igual.

La mezquita de Felanitx no ha hecho más que abrir un debate que podría ser extensivo a otros muchos municipios donde se viven situaciones similares.