La decisión del equipo de gobierno de Capdepera (PSOE, UCAP-UM, EU-Els Verds y PSM-Entesa) de permitir a GESA hacer la subestación con el cableado aéreo y renunciar a siete años de lucha ha indignado los grupos de la oposición (PP y Es Grup), que han mostrado su decepción por esta «decisión unilateral» a la vez que han advertido del impacto ambiental que supondrán las nuevas líneas aéreas con la construcción de 20 nuevas torres de electricidad.
El PP manifiesta que «por primera vez, se ha roto el consenso político que reinaba desde el 2001 en tema energético. Nos han tenido totalmente al margen de las negociaciones e, incluso, nos han mentido». Así se pronunciaba el portavoz popular, Joan Ferrer, que lamentaba que se ha perdido una importante oportunidad de «ser pioneros en materia medioambiental».
Por su parte, desde Es Grup, Mateu Melis, apunta que «se ha roto el consenso para actuar de forma autoritaria más propia de otros regímenes que ya forman parte del pasado. Todos los grupos políticos teníamos claro que el soterramiento supondría un coste para el Ajuntament que hasta hace poco estábamos dispuestos a asumir».
Melis precisa también que «con la pérdida de ser líderes en el sector se ve claramente que este equipo de gobierno no apuesta por el medio ambiente. Si esta muestra no es suficientemente clara, ahora se levanta toda la calle Ciutat y después la calle Roses para pasar las pluviales y no se aprovecha para dejar la preinstalación de un futuro cableado». El portavoz popular recordó que «se creó una empresa municipal para solventar el tema del soterramiento gracias al acuerdo de todos los grupos políticos».
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