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V. M. L. Aparentemente, el nuevo campo de fútbol de Son Caliu está acabado. El césped artificial está puesto y el edificio de los vestuarios levantado. Sin embargo, todavía no hay porterías, ni electricidad y los equipos de fútbol base que lo utilizan no pueden acceder a los vestuarios. La situación ha generado un gran malestar entre los padres de los niños, que aseguran que el proyecto acumula ya un año de retraso con respecto a lo comprometido por el Ajuntament de Calvià. Según los padres, los responsables municipales se comprometieron a tenerlo antes de las pasadas elecciones. Después, el concejal de Deportes remitió al inicio del curso. A día de hoy, las obras están paradas. El recinto está completamente abierto e incluso las cajas de conductos eléctricos carecen de puertas. Los padres advierten del progresivo deterioro que sufrirán las instalaciones si se permite el paso a cualquiera, sobre todo porque en las últimas semanas el nuevo campo de fútbol siete está siendo utilizado como un parque más.

En las instalaciones tienen que jugar los equipos de prebenjamín, benjamín y alevines. Está también previsto que la instalación cuente con un bar.