Todavía no hace demasiados años que nacer en casa era la cosa más normal del mundo. No había avances y la cigüeña llegaba cuando llegaba. Ahora, la medicina y los profesionales han posibilitado una mejor higiene y seguridad en la asistencia a los partos. La gente está más tranquila y lo deja todo en manos de los médicos.
Pero a veces nos encontramos con que la criatura tiene prisa por salir y no puede esperar a los médicos y es entonces cuando algunos se ven obligados a ejercer de médicos. «Como un profesional», así calificó Rafael Hidalgo la asistencia que dio su amigo Miguel Àngel Dominga a su esposa, Sandra Díaz, en el parto en el que dio a luz al pequeño Alejandro. Fue de madrugada cuando Sandra se puso de parto, pero la familia tenía el coche averiado y tuvieron que esperar la llegada de su amigo Miguel Àngel. La criatura no esperó y la madre se puso de parto. Así que el improvisado paritorio fue la cama familiar. El padre del niño no supo reaccionar por el nerviosismo del momento y dejó en las manos de su compañero todo el proceso. De hecho, según narra Miguel Àngel, «yo ya tenía una cierta experiencia, uno de mis hijos nació en el coche y el otro en la entrada del hospital». «Miguel Àngel cogió el niño con una mano le desenvolvió el cordón umbilical que llevaba alrededor del cuello, y todo con naturalidad y tranquilidad, y siguiendo las instrucciones que nos indicaban desde el teléfono de emergencias del 112 fue todo muy bien», señaló el padre del pequeño Alejandro.
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