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Los hoteleros y dueños de los varios restaurantes que se encuentran en Cala Sant Vicenç, en el municipio de Pollença, ya no aguantan más. Ayer denunciaron a este periódico el mal estado y el nulo servicio que se ofrece a los turistas en la playa.

Uno de los afectados, Nicolás Figueriña, explicó que «el problema viene dado por el retraso del Ajuntament en la adjudicación de la explotación de las hamacas y sombrillas de la playa». Esta situación repercute de manera nefasta sobre los negocios de la zona, porque «dejamos de ingresar dinero en nuestras cajas debido a la mala imagen que se da de la Cala», según Figueriña.

Durante la jornada de ayer, y coincidiendo con la festividad del 1 de mayo, «muchas personas que han venido a pasar el día en la playa se han vuelto a ir cuando han comprobado que no hay servicio ni de hamacas ni de sombrillas, por no hablar de lo sucia que está la playa», sentenció Figueriña.

El concesionario de la playa desde hace 30 años, Antoni Cerdà, explicó por su parte que «hace unas dos semanas que montamos un 50% de las hamacas para dar un servicio mínimo, pero desde el Ajuntament nos lo hicieron desmontar todo porque se tiene que sacar la concesión a concurso». El problema de la situación es que «cada cuatro años nos encontramos con el mismo problema. Los políticos se duermen y después estamos unas semanas sin tener la adjudicación de la playa».