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Los cables de alta tensión llegarán a Santa Ponça en invierno de 2009. Al menos, entonces comenzarán las obras para que el denominado 'Proyecto Romulo', es decir, la conexión entre Balears y la Península, tome tierra. Después de 237 kilómetros bajo el mar, el cable saldrá junto al torrente de Santa Ponça y recorrerá tres kilómetros más por tierra hasta llegar a una subestación que estará frente al polígono de Son Bugadelles.

Desde Red Eléctrica aseguran que el impacto en la playa será inexistente. El responsable de la empresa en Balears, Ramón Granadino, pone como ejemplo la actuación que se llevó a cabo en Tarifa (Cádiz).

Quinientos metros antes de la línea de la playa, se iniciará una canalización que permitirá fijar una zanja de un metro de ancho y metro veinte de profundidad por la que irá el cable. Según los responsables de Red Eléctrica, este canal permitirá evitar tener que picar de nuevo cada vez que haya que introducir un nuevo cable.

Desde que salga del agua, la línea de alta tensión empleará el cauce natural que proporciona el torrente. Por este trazado transcurrirá, «del mismo modo que pasan las líneas que atraviesan las ciudades», explica Granadino.

Una vez que llegue a la estación de conversión y la subestación, que estarán en un parcela de Son Pillo, no serán necesarias nuevos tendidos, ya que las actuaciones necesarias ya se completaron este año.

La previsión de red eléctrica es que toda la actuación quede terminada a finales de 2010.