Imagen aérea de sa Fortalesa de l'Avançada, situada en la bahía de Pollença.

TW
0
H. CARTER/E. ELOSÚA La fortificación de sa Fortalesa, ubicada en la bahía de Pollença y que fue construida en 1624 para defender la zona de los sarracenos, se ha puesto en venta por 100 millones de euros. La gestión de su salida al mercado inmobiliario está siendo gestionada en exclusiva por Private Office, que se encuentra en el Mayfair londinense, en colaboración con la oficina de Engel & Völkers en el municipio de Pollença.

La directora de márketing de Private Office, Illaria Alber, explicó a este periódico que «la localización de esta propiedad es única y además es un lugar con historia». Sobre el perfil de los posibles compradores indicó que la propiedad y su precio esta dirigida a un mercado selecto, «es una propiedad para billonarios», y estimó que actualmente en el mundo sólo hay unos 1.000 compradores potenciales.

La extensión de los terrenos de sa Fortalesa es de 87.350 metros cuadrados, de los que 1.427 son de terrazas y 1.100 de jardines con palmeras, olivos y pinos.

La superficie de metros construidos es de 1.428 metros cuadrados, cuyo punto focal es la torre hexagonal a la que se suman otras siete casas diseminadas en distintos puntos del lugar. También cuenta con dos piscinas y un helipuerto.

La fortificación situada en el extremo de la antigua punta d'Albercutx empezó a construirse en 1622 para defender la bahía de Pollença. Las obras fueron encargadas al mestre picapedrer Gabriel Ballester y el arquitecto encargado de lo planos fue Antonio Saura.

Historia
Los años de esplendor de sa Fortalesa se iniciaron cuando el artista argentino Roberto Ramauge, en 1919 compró la propiedad por 45.000 pesetas. A partir de entonces, sa Fortalesa se fue convirtiendo en un esplendoroso lugar, cita de famosos como Sorolla, Anglada Camarassa, Andrés Segovia, Bernareggi, Tito Cittadini y otros personajes de la vida social y cultural de aquella época. De los cuales algunos de ellos contribuyeron a dotar de singularidad la arquitectura y fisonomía del lugar.

Más tarde la guerra Civil motivó la expropiación. En los años 80 los herederos del artista lograron por vía judicial que el ejército les devolviera la propiedad que, desde hacía años no era ya más que una ruina. Después fue vendida en 1989 al que es su actual propietario.