Tirar desperdicios en el término municipal de Andratx puede salir caro. El pleno municipal dio visto bueno ayer a una nueva ordenanza de residuos que eleva de 300 a 3.000 euros la multa por infracciones graves. El primer teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente, Gabriel Puigserver, señala que la normativa contempla también acciones de «concienciación» ciudadana. El PP votó en contra, ya que, según su portavoz, Jaume Porcell, no se les había tenido en cuenta en la elaboración de la ordenanza. Puigserver rechazó este extremo: «se les dijo que estábamos haciendo una ordenanza».
El pleno dió el visto bueno definitivo a la nueva ordenanza de construcción. Los votos del equipo de gobierno rechazaron las alegaciones presentadas al texto, por parte de la asociación de constructores y el PP. El alcalde, Francesc Femenias, defendió que la normativa busca un «equilibrio» entre la construcción y el turismo y recordó que la anterior ordenanza fue mucho más contestada por el sector. El Partido Popular señaló que la falta de acuerdo en torno a esta normativa «generará problemas» con los constructores y votó en contra.
La sesión también aprobó la constitución de la mesa que servirá para dotar de servicios a trece urbanizaciones del municipio con un cuarto de siglo de existencia. El organismo estará presidido por el alcalde y formarán parte del mismo los concejales de Economía y Urbanismo y cuatro técnicos muncipales. El PP rechazó la fórmula elegida para adjudicar las obras y tildan de «poco transparente» el mecanismo. El edil de Economía, José Àngel Prieto, recordó que es la fórmula que prevé la nueva Ley de Contratos y garantizó la transparencia del proceso.
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