La crisis que vive sector de la construcción se hace patente en las cifras de los ingresos por licencias de obra del Ajuntament de Campos. Mientras que el año 2006 se ingresaron 3.720.000 euros, para este año la previsiones señalan que no se llegará a los 900.000 euros, es decir, menos de una cuarta parte que hace dos años. Así las cosas, según el regidor de Hacienda, Francesc Gómez, «el descenso ha sido muy importante».
Esta situación, según el alcalde de la población, Guillem Ginard, hace que disminuyan considerablemente los presupuestos municipales del Consistorio. Y recordó que tal vez por la elevada cifra de ingresos por actividad urbanística «Campos esta en el punto de mira de la Fiscalía Anticorrupcion».
Fiebre constructora
Estas cifras de 2007 y las previstas para 2008, no son tan bajas si se comparan con las del 2004, en que se recaudó poco más de un millón de euros. Y es que en la anterior legislatura, el municipio del Migjorn sucumbió a la fiebre constructora, pero ahora la fiebre se ha convertido en crisis. Y si el año 2006, la actividad urbanística y constructora llegó a su punto álgido, ahora los pisos de Campos nadie los quiere comprar. Los constructores ven cómo tienen unas viviendas realizadas en tiempo de bonanza y ahora no las pueden vender.
El boom urbanístico que vivió Campos fue uno de los motivos que provocó o influyó, con casi toda seguridad, en el cambio de color político del Ajuntament (UM-CpC) en las pasadas elecciones. El 2007 fue el primer año en la en qué el Partido Popular no entraba en el equipo de gobierno y muchos creyeron que este resultado era un castigo del pueblo a la permisividad urbanística de los últimos años de mandato de Andreu Prohens. El aumento desenfrenado de la construcción había provocado, además, el déficit en los servicios sociales.
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