TW
0
C. ALZAMORA La Conselleria de Educació i Cultura instaló ayer en la calle Sant Jordi las dos nuevas aulas prefabricadas del colegio público de Binissalem, Nostra Senyora de Robines. La decisión de la Conselleria se ha producido después de que el pasado 22 de agosto la comunidad escolar y el Ajuntament de Binissalem se quejaran de que Educació había instalado los dos módulos prefabricados en el patio de la escuela, desoyendo el acuerdo al que habían llegado todos los partidos políticos del municipio. El Ajuntament i l'Associació de Pares i Mares de Alumnes (APIMA) habían acordado instalar las aulas en la vía pública para no tener que reducir más el espacio del patio que en la actualidad ya acoge seis módulos prefabricados y es dónde se desarrollan las clases de educación física.

Las aulas prefabricadas se han situado en una calle con poco tráfico de vehículos que, según explicó el alcalde, Jeroni Salom, se cerrarán en breve. Además, entre hoy y mañana los operarios del Ajuntament construirán dos muros de 2 metros de altura, aproximadamente, en la acera para limitar el acceso a los dos módulos desde el patio del centro y evitar también que los alumnos puedan salir directamente a la calle.

Reunión urgente
El alcalde de Binissalem (PP), Jeroni Salom, explicó que hace una semana el Ajuntament, el claustro de profesores y el APIMA mantuvieron una reunión urgente con el director general de Planificació i Centres, Miquel Martorell, y otros representantes de la Conselleria, para forzar el traslado de las aulas. Jeroni Salom afirmó que la decisión de Educació le parece «acertada», pero lamentó que no se hubiera tomado desde el primer momento ya que, según dijo, «se ha malgastado tiempo y dinero».

El concejal del grupo municipal de Esquerra-Independents, Josep Martí, criticó también la «poca seriedad y profesionalidad de la Conselleria en la instalación de las aulas». Asimismo, Josep Martí denunció la actitud mantenida por el director general de Planificació i Centres durante la reunión de la semana pasada. Según Martí, Miquel Martorell quería obligar al Ajuntament a escoger entre el traslado de las aulas o las subvenciones para llevar a cabo reformas en el colegio.

En este punto, el representante de Esquerra-Independents recordó que el deterioro del edificio sigue siendo un tema pendiente. El colegio Nostra Senyora de Robines tiene cerca de 30 años de antigüedad y presenta un desgaste importante que podría llegar a ser peligroso para los alumnos. De hecho, el curso pasado se desplomó un trozo de cornisa y también cayó una persiana.

Por otro lado, también está pendiente el inicio de las obras del nuevo centro escolar que tiene que solucionar la saturación del actual colegio, que ya triplica el número de alumnos para el que estaba pensado.