La intención del Ajuntament es proponer una pauta de crecimiento a los dos núcleos afectados para «evitar que se construyan edificios que no se integran en el entorno y que desfiguran el carácter de Sant Llorenç y Son Carrió».
La normativa urbanística del municipio estipula que para poder construir un edificio en Son Carrió, cada solar debe contar con una superficie mínima de 200 metros cuadrados. En cambio, en las parcelas de Sant Llorenç se puede construir un edificio por cada solar de 100 metros cuadrados.
La modificación de las Normas Subsidiarias supone que en una parcela, sea cual sea su extensión, sólo se podrán construir dos viviendas. El alcalde del municipio, Mateu Puigròs, considera que la medida no animará a la segregación de los solares porque «si los promotores dividen las parcelas perderán edificabilidad».
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