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M.JOY Pese a que la meteorología parecía ayer empeñada en deslucir la jornada, fueron muchos los que hacia el mediodía se decidieron acercarse a degustar las originales combinaciones que unieron «gerret» y aceite de oliva, los protagonistas de la feria, de los que se sirvieron en total unas 14.000 raciones. El maridaje causó gran expectación, y produjo resultados sofisticados y originales, pero también otros tan tradicionales como un «pa amb oli» acompañado de «gerret» o un arroz seco con el mismo pescado. Las autoridades también estuvieron presentes, entre ellas los representantes del Ajuntament de Sóller, los consellers de Comercio e Industria, Francisca Vives, Agricultura y Pesca, Mercè Amer, y Turismo, con Miquel Nadal.

El acto más emotivo fue la visita a la almazara tradicional de Can Det, cuyo miembro más ilustre, Joan Deyà, l'amo en Joan Det, falleció este año. Por eso se decidió homenajear la figura de este hombre tan popular en el mundo del aceite con una placa en la pared de entrada de su almazara, que se encargó de descubrir la consellera de agricultura y pesca, Mercè Amer. Además, el hijo ilustre de Sóller y presidente editor del Grupo Serra, Pere A. Serra, aprovechó una vez más la ocasión para llamar la atención a las autoridades sobre la ingrata y necesaria tarea que hacen los payeses en la conservación del paisaje del olivar de la Serra de Tramontana.

Una vez descubierta la placa, los presentes pudieron acceder al interior de la almazara de la Cooperativa Agrícola de Sant Bartomeu y allí observar el proceso de elaboración del aceite de oliva según los sistemas más modernos.

En cuanto a la impresión final sobre el éxito de la convocatoria, Guillem Bernat aseguró que «el éxito es que sólo de hablar del gerret, su precio ha subido en el mercado».