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J. SITGES/M. BONNÍN La Asociación Hotelera de Cala d'Or se mostró «decepcionada» ante la aprobación de las ordenanzas fiscales para 2009, que en el pleno de ayer salieron adelante con los votos de los regidores del PP y que incluyen la subida de un 7'5% del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI).

«Esperábamos que el Ajuntament mostrase sensibilidad ante la situación económica que atravesamos», declaró Matíes Barceló, el presidente de la asociación. «Es una barbaridad y más en un año en el que prevemos entre un 20 y un 50 por ciento menos de ingresos respecto al año pasado», añadió Barceló.

Por su parte, el alcalde de Santanyí, Miquel Vidal (PP), defendió las ordenanzas fiscales aprobadas por ser «necesarias porque para el año que viene el Gobierno central y el autonómico no han incrementado las inversiones en el municipio».

Aun así, desde la oposición criticaron que se «suba la contribución en un 7'5% mientras que el IPC, que es el índice oficial del aumento de precios, es tan sólo del 5%», apuntó Jesús Núñez, portavoz de los Progressistes per Santanyí. Núñez reprochó además al alcalde que «los impuestos municipales, en lugar de revertir en inversiones, se desvían hacia la financiación del déficit municipal y a pagar las nóminas de los diecisiete asesores del equipo de gobierno».