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La cuarta alquería árabe de Mancor, Biniarroi, vuelve a estar habitada después de 54 años de soledad. Esta pedanía de Mancor de la Vall, a la que sólo se accede a través de un camino privado rodado de acceso restringido o bien por el viejo camino público de herradura (prácticamente desaparecido en algunos tramos) tiene actualmente tres vecinos empadronados. Las nevadas de 1956 expulsaron a la última familia que lo habitaba y que había resistido, mientras el resto de vecinos se había marchado por los impresionantes corrimientos de tierra que se daban en la zona. Aún se recuerdan los de 1721, 1814 y 1943.

Desde entonces y hasta ahora, las viejas casas han ido desapareciendo afectadas por el paso de los años. Legalmente el Ajuntament de Mancor no puede conceder licencias de obra hasta aprobar un plan especial para la pedanía, pero en la práctica hace la vista gorda para evitar la desaparición completa de Biniarroi, donde en los últimos años la rehabilitación de casas es un fenómeno habitual. Tras rehabilitar sus casas, tres vecinos disfrutan hoy de la soledad de unas vistas incomparables. Hace treinta años los propietarios alcanzaron un acuerdo para construir un camino rodado de titularidad privada que facilitara el acceso a la pedanía. Eso ha facilitado la rehabilitación de las casas, permitiendo el acceso de máquinas modernas y material de obra. Tres de las casas ya han sido rehabilitadas y otras tres están en proceso de rehabilitación. El alcalde, Bernardí Coll, asegura que «la idea es la de hacer un plan especial redactado por los propietarios que garantice la conservación del núcleo». Y agrega que «si no lo hacen los propietarios lo hará el Ajuntament».