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M. JOY Ayer los técnicos del Consell iniciaron la segunda fase de las obras para arreglar la carretera que va de Sóller a Lluc, cortada desde hace más de un mes por un importante derrumbe que partió literalmente la carretera.

Hace ya unos días los trabajadores colocaron, en una delicada operación, una maya para evitar que nuevas rocas cayeran en la vía, después de haber hecho rodar todas aquéllas susceptibles de precipitarse.

En la actuación de ayer, colocaron una rejilla de seguridad que evitará que cualquier piedra pueda caer sobre los trabajadores, que empezarán a limpiar la carretera retirando las grandes rocas que desde el derrumbe la están bloqueando. Antonio Gómez, alcalde de Escorca, comentó que «aunque todavía no hay fecha para el final de los trabajos, está previsto que en Semana Santa los coches ya puedan pasar».