Hace unos años ya fueron capturados cerdos que vivían en libertad en el municipio de Estellencs.

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J. SOCIES/A. POL

Las fincas de Son Baco, Son Amer, Son Xota, en Campos, y toda la sierra de las Coves hasta llegar a la pequeño llogaret de Cas Perets en el municipio de ses Salines, están llenas de cerdos salvajes. Según los vecinos más de un centenar de puercos cruzados entre jabalí y cerdo común corren libres dentro de las garrigas y garrigons de aquella comarca.

Las quejas se iniciaron el año pasado, cuando algunos vecinos dieron a conocer la situación al Ajuntament de Campos y este lo comunicó a la conselleria de Medi Ambient y ya se llevaron a cabo algunas actuaciones, pero ha sido este año, a partir del hallazgo de uno de estos animales muerto en la carretera, cuando se ha puesto en marcha todo el engranaje para acabar con esos mamíferos.

Hay dos versiones sobre la aparición de estos animales en esa zona de bosque bajo. La primera señala que algunos ejemplares huyeron de su propietario y se han ido reproduciendo en libertad por el interior de la garriga. La otra suposición, que defienden algunos vecinos de la zona, dice que algunas personas decidieron soltar estos animales para poder practicar su caza como si de la del jabalí se tratara, y precisan al respecto que no hay ningún interés para acabar con ellos.

Así, lo que es seguro es que esta misma semana los agentes forestales de la Conselleria de Medi Ambient han abatido alrededor de treinta animales, en una operación que se ha llevado con absoluto secretismo.

Asimismo los vecinos de la zona aseguran que estos animales cada día cruzan la carretera que conduce de Campos a la Colònia de Sant Jordi, aun cuando no lo pueden asegurar con toda certeza, ya que durante la noche bajan hasta las aguas de la depuradora de Campos, ubicada en los terrenos de Son Baco.

Según señaló ayer el alcalde de Campos, Guillem Ginard, «por lo que sabemos es una especie que se reproduce muy rápido, y con una nariz muy fina que detecta enseguida la presencia de los humanos. Al parecer se trata de un cruce entre jabalíes y cerdo común».

Si se confirma la versión de los vecinos, que señalan que hay algunos cazadores interesados porestos animales, podría ser motivo de sanción.

La finca de Son Baco y de Son Amer es el lugar escogido para construir el polémico campo de golf. En estos mismos terrenos se encuentra la depuradora de Campos, que cada día tira miles de litros de agua depurada dentro de la finca que debían servir para regar el golf y que ahora se acumulan en los terrenos, y eguramente sirven como improvisado bebedero de los cerdos silvestres.