El melón de este año, el producto estrella y más identificativo de Vilafranca, ha logrado un grado de calidad excepcional gracias al tiempo caluroso y exento de lluvias. De hecho, sólo ha llovido 4 litros por metro cuadrado desde mayo hasta hoy.
En el pueblo de los melones, este año se han recogido casi 5 toneladas de este producto, a pesar de que «los agricultores de Vilafranca apostamos más por la calidad que no por la cantidad de melón», explica Antoni Galmés, payés y responsable de s'Hort Verd d'Es Cruce.
«Hacía muchos años que no teníamos un verano como éste. Todos los productos de secano han ido muy bien y podemos decir que los melones de 2009 son un cien por cien más buenos y más dulces en comparación con años anteriores», asegura Galmés.
La climatología de este verano ha vuelto a demostrar que las variedades autóctonas de Mallorca «son las mejores en la metodología de secano, como el entrevessat de tendral i groc o el calapoter», señala Galmés.
Y es que en Vilafranca, el concurso de melón de calidad se realiza con la variedad de calapoter, porque «coge mucha dulzura» y es el más indicado para degustaciones».
En relación a la leyenda que tiene Vilafranca como el pueblo que cultiva los mejores melones, Galmés apunta que «para conseguir un melón gordo y de buen sabor, hay que tener cualidades; el payés tiene que ser de Vilafranca».
Así, precisa que para que un melón sea muy sabroso «se le tiene que alimentar para que tenga la dulzura adecuada, además de los cuatro secretos que se han ido transmitido entre los productores, sobre todo las mujeres del pueblo, y que son la garantía del éxito para poder conseguir un melón dulce, de mucha calidad y grande».
En relación al concurso del melón más grande, todo apunta que en esta edición se batirán récords, ya que los vilafranquers quieren arrebatar el título del melón con más peso de la historia, que ostenta un vecino de Muro.
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