Hay que recordar que el pasado jueves se retomó el derribo del histórico edificio después de que «día 22 de septiembre un inspector del departamento de Patrimoni paralizase las obras y registrara la orden en el Ajuntament de Ses Salines», explicó Cerdà.
Así, según informaron miembros de la Associació per a la Revitalització dels Cascs Antics (ARCA), «el acta redactada por el inspector de Patrimonio aquel día instaba a la paralización del derribo hasta que la Comisión de Ordenación del Territorio y Patrimonio Histórico determinaran el auténtico grado de protección del antiguo cuartel».
Derribo municipal
Aún así cabe señalar que existe un convenio firmado entre el Ajuntament de Ses Salines y el Ministerio del Interior mediante el que se prevé derribar el antiguo edificio. Según este convenio, el Consistorio es el organismo público encargado de la demolición para dar continuidad a la calle del Sol y permitir al Gobierno central construir un nuevo cuartel para la Guardia Civil.
Con todo, el Consell de Mallorca es la administración competente para paralizar una demolición que pueda afectar el patrimonio histórico de la Isla.
Una paralización de las tareas de derribo que se hizo efectiva, aunque desde el Ajuntament aseguran que no existe notificación alguna. En este sentido el presidente de la Junta de Districte de la Colònia de Sant Jordi, Antoni Perelló, aseguró que «a nosotros nadie nos ha comunicado nada», y recordó que «el antiguo cuartel no es un edificio catalogado».
Pero desde la asociación ARCA acusan al alcalde, Sebastià Burguera, y al presidente de la junta de la Colònia de Sant Jordi, de «mentir cuando afirman que no tenían órdenes de parar la demolición», y denuncian que «han mostrado su ineptitud y autoritarismo al ejercer el poder perjudicando la ciudadanía y el patrimonio».
Por eso desde la asociación anuncian que emprenderán acciones legales contra el Ajuntament.
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