Según consta en el escrito de acusación que la jueza instructora del caso notificó ayer a las partes, en el proyecto básico de la obra consta «de forma absolutamente no ajustada a la realidad», que las obras no afectarían la estructura del edificio. Pero, tal y como se apunta en el documento judicial, el arquitecto inició la obra «conceptuando como mero tabique a eliminar el muro central del lateral norte cuando en realidad era un muro de carga importante».
Lluvia y prisas
El fiscal, que reclama 22 años y medio de cárcel para los seis acusados, sostiene que éstos pretendían «asegurar la conclusión de la ejecución en el breve plazo concertado que tenía como límite el 31 de marzo de 2009», un hecho relevante si se tiene en cuenta que las obras para renovar completamente todo el hotel de nueve plantas habían empezado en octubre del 2008.
Así las cosas, según la tesis del fiscal, Miguel Àngel Anadón, los acusados no «adoptaron medida alguna para proteger los muros» de las intensas lluvias que se registraron en los días previos a la tragedia. Unas lluvias que debilitaron aún más la estructura y el muro de marés que sustentaba la estructura que se derrumbó «creando con ello un riesgo grave para la vida e integridad física a los trabajadores».
Además, el escrito de acusación refleja que el plan de seguridad de la obra «contemplaba una secuencia y orden de demoliciones que no se correspondían con los trabajos proyectados». Un hecho que junto al apuntalamiento «absolutamente insuficiente», determinó «el colapso del muro de fachada norte y el arrastre de los forjados con el desplome total de la crujía norte y el sepultamiento de los trabajadores».
1 comentario
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Todo el mundo en Capdepera sabía que a raiz de la reforma aprobada por el consistorio Gabellí a principio de los '80, todos los edificios de primera linea del litoral de Capdepera, debían tener una altura máxima de seis metros y los que sobrepasaban esta altura quedaban fuera de ordenación lo que significa no podían realizar obras como las que se pretendían realizar. No entiendo como el Consistorio permitió continuar a sabiendas que lo que se hacía no estaba amparado ni por el proyecto ni por la normativa.