Los operarios de la Asociación de Vecinos del Moll (concesionaria del servicio desde 1973 hasta ahora) trabajaban a fondo ayer para desmontar las últimas sombrillas instaladas en la arena después de que una nueva sociedad haya resultado adjudicataria del servicio.
Los turistas miraban ayer desconcertados los tractores trabajando en la playa y se quedaban atónitos cuando los operarios les desproveían de la única sombra existente.
Desmontar
Los vecinos deberán desmontar también las acometidas porque de no hacerlo corren el riesgo de recibir una sanción económica por parte de Costas. El nuevo concesionario tiene una semana de plazo para dotar de hamacas sombrillas y del resto de instalaciones la zona que podría perder además su bandera azul.
«Estamos dando una imagen penosa», explicó ayer el presidente de los Hoteleros de Pollença, Pedro Garau. Garau entiende que «no puede ser que cada año estemos en la misma situación porque pagan justos por pecadores». En este sentido el presidente de los hoteleros confirmó que, «a raíz de lo que está ocurriendo empezamos a plantearnos la posibilidad de presentarnos al concurso el próximo año porque ya no se puede dejar al albur de lo que pueda pasar».
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