Las máquinas han trabajado a fondo en las tareas de demolición. | Lluc Garcia

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El popular restaurante Mónaco de la playa del Port de Sóller ya ha pasado a la historia después de casi 60 años de haberse construido. La edificación, ubicada sobre la arena, y que era el último 'chiringuito' de la bahía, fue derribada ayer por la empresa que realiza las obras del paseo marítimo del Través, tal y como contempla el proyecto de desarrollo integral de la zona que desde hace un año ejecuta el Ministerio de Medio Ambiente y de Medio Rural y Marino (MARM).

Sin embargo el portavoz de los afectados de la Ley de Costas, Juan Cirera, denunció ayer que esta demolición «representa un nuevo abuso en la aplicación de esta ley». Cirera, al igual que lo hacía horas antes la propiedad, denunció que la demolición se había hecho «sin ningún tipo de orden judicial y sin que esté resuelto el recurso que la concesionaria tiene presentado ante la Audiencia Nacional». Aunque Costas decretó la extinción de la concesión en febrero de este año, la Audiencia Nacional aceptó a trámite la impugnación interpuesta por la concesionaria, una familia de Sóller que explota este negocio desde hace más de medio siglo. En mayo de este año se pidió, además, la suspensión de la demolición sin que hubiera respuesta por parte de la administración.

Así las cosas, la propiedad, que tenía el negocio en plena explotación, ha tenido que desalojarlo, vaciarlo y trasladarlo en sólo dos días sin haber recibido a cambio ninguna indemnización por parte de la Administración competente.

La demolición se ejecutó ayer en pocas horas y con el restaurante desaparecen también las últimas casetas de baño del Port que estaban anexas a la edificación principal.

La obra permitirá ahora continuar las obras del paseo marítimo, retomadas hace unos días después de la interrupción veraniega y que posibilitaran dar amplitud a esta parte del paseo por donde también circula el tranvía. Las obras finalizarán el mes de abril de 2102.

El proyecto integral tiene un presupuesto de unos tres millones de euros. Toda la primera linea del Port será pavimentada con adoquines y se creará una nueva playa de unos 300 metros de longitud en una zona donde ahora no existe ningún arenal.