Miles de personas se acercaron hasta el pueblo para disfrutar de la Fira. | Gori Vicens

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El pueblo celebró ayer uno de los actos más arraigados del municipio: la Fira. Un evento con más de 500 años de tradición y que con el tiempo se ha ido adaptando a los tiempos actuales y, además, ha ido introduciendo distintas actividades culturales y de ocio que complementan una jornada muy especial.

La Fira se inauguró como es habitual a las 10.15 horas de la mañana con la tradicional suelta de palomas en la Porta Murada. Desde ese momento se llevaron a cabo distintas actividades como cuenta cuentos, pasacalles con los xeremiers, talleres de manualidades y un coloquio sobre la psicología canina.

Participación

El evento contó con la participación de unos 300 stands en los que se pudo ver una muestra de la piedra de Santanyí, ese noble marés tan preciado para la elaboración de fachadas y esculturas.

En la calle Bernat Vidal tuvieron lugar las exposiciones de ganado, perros de raza, perdices de reclamo entre algunas empresas que promocionaban sus servicios.

En la plazoleta de sa Canal se mostraba el arte de los bonsáis, maestros artesanos de llata, encuadernaciones, instrumentos musicales y barro. También hubo una muestra y degustación de quesos y vinos. Todo un éxito del que disfrutaron miles de personas de todos los puntos de la Isla.