Un grupo de personas ‘triant ametlla’, separando la cáscara del almendrón. | Antoni Pol

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Sencillamente asada y con una pizca de sal, la almendra de Mallorca es excelente, pero este fruto seco ofrece muchas más posibilidades. Es el ingrediente principal del turrón, del tambor, garrapiñadas y hasta se elaboran licores con ella. A partir de los aceites esenciales del bessó se fabrican multitud de cosméticos y productos de belleza; su cáscara se emplea aun como combustible para los braseros antiguos; de su piel se obtiene compost, etc.

Todos estos productos, y también otros, se exhibieron ayer en Santa Margalida en la segunda edición de la Mostra de l'Ametlla, un evento que busca dar a conocer el valor del fruto seco y poner de manifiesto la importancia que tuvo en la Mallorca del siglo pasado. Se dice que un tercio o la mitad de la producción española de almendra procedía de Mallorca.

Cabe destacar, asimismo, la maquinaria tradicional relacionada con la cosecha de almendra que se exhibía en el interior de la plaza. La muestra es aun pequeña y no da lugar a grandes aglomeraciones de gente, lo que le da un ambiente especialmente agradable.