La sección número 3 del tribunal provincial ha desestimado el recurso que puso el hombre y ha confirmado la sentencia que había dictado en mayo de 2015 el juzgado de Primera Instancia número 9 de Palma, que le condenó a arrancar los árboles y arbustos, no volver a plantar nada en la zona y evitar que crezcan plantas en su propiedad a menos de las distancias señaladas.
Una vecina demandó al hombre por tener un acebuche, dos algarrobos, dos cipreses y unos cuarenta bambúes plantados sin respetar las distancias legalmente establecidas.
Una vez condenado a arrancarlos, el hombre recurrió la sentencia alegando que es costumbre en Deià que las plantaciones se realicen sin observar distancia alguna, dado que los jardines son de reducidas dimensiones.
Entre los fundamentos jurídicos recogidos por la Audiencia de Palma se alude al apartado de las Servidumbres del Código Civil, que en su artículo 591 señala que «no se podrán plantar árboles cerca de una heredad ajena sino a la distancia autorizada por las ordenanzas o la costumbre del lugar, y en su defecto, a dos metros de la línea divisoria de las heredades si la plantación se hace de árboles altos y a la de 50 centímetros si la plantación es de arbustos o árboles bajos».
«Todo propietario -añade este artículo- tiene derecho a pedir que se arranquen los árboles que en adelante se plantaren a menor distancia de su heredad».
4 comentarios
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La tristeza de la debe dar el HOMBRE, ese mal vecino que no respeta la traquilidad. Te puedo asegurar, que si los arboles no invaden al vecino, no le caen hojas, suciedad, etc, ... nadie se quejaria. Pero como comenta algún forero, y por esperiencia, me ha tocado vecinos de toda la vida, que cuando le sinvitas a pasar y le senseñas todo los problemas en paredes, suciedad, etc, .. que generan su jardin, lo poda una vez, pero a los tres meses otra vez igual, ... que haces ???? pues denunciarlo y fuera arboles. Pero la culpa es del propietario, por no cuidar y respetar la vegetación y su vecina.
Si fa pena tallar els arbres, però tal vegada aquest senyor hauria d'haver pensat abans. Jo se bé el que és tenir els arbres dels veinat aferrats a sa paret mitjanera. Ses arrels aixequen sa paret, ses branques i ses fulles te cauen dins ca teva, les fruites quan són madures també i no una, moltes. Té un arbust no controlat que en dues ocasions de temporal gros ha tomat part de sa paret i molt ens ha costat que el senyor la volgués tornar aixecar. En definitiva les lleís estan per complir-les. És bàsic per aconseguir una bona convivència.
Aquesta veïna ni d'en fora la voldrien a Sta Maria. Quine pena talla els abres d'aquel senyor de Deia. Que no els tallin¡
Lástima no poder también poner a la vecina a dos metros.