Los vecinos denuncian desde hace años la degradación del edificio Balaixa. | Elena Ballestero

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El Ajuntament de Pollença planea comprar o expropiar el edificio de Balaixa en Cala Barques antes de que acabe la legislatura con el objetivo de reconvertir la zona para hacerla más atractiva desde el punto de vista turístico y también vecinal.

La Cala Sant Vicenç será objeto de un plan integral que incluirá, entre otras novedades, un cambio sustancial en el mirador de Cala Barques, donde se eliminarán los aparcamientos reservando este espacio para un uso exclusivamente peatonal que favorezca el disfrute de las vistas. Se pavimentará el mirador y se instalará mobiliario urbano adecuado para su nuevo uso.

Así lo explicó recientemente el regidor de Urbanismo de Pollença, Bartomeu Cifre Bennassar (Junts). Alternativa (en la oposición) dio cuenta también ayer del programa de actuaciones después de haber instado al equipo de gobierno municipal a incluir una partida suficiente en los Presupuestos de 2016 para estas actuaciones. Según Alternativa, la previsión es que las obras puedan ser financiadas con el remanente de tesorería.

Nuevos usos

La compra o expropiación del edificio de Balaixa (frustrada la legislatura pasada) permitirá una reordenación de los jardines más próximos a la escalera que da acceso a la playa. Algunas fuentes apuntan a que el edificio podría ser objeto de una intervención integral y pasar a convertirse en una oficina de información turística.

El Ajuntament respondería así a una larga reivindicación vecinal. La Asociación de Vecinos de Cala Sant Vicenç lleva años denunciando el deplorable estado de degradación que presenta la zona.

El plan integral de mejora de la Cala Sant Vicenç persigue dar un mayor uso peatonal al núcleo turístico. Plantea una reordenación de aparcamientos en la Avinguda Cavall Bernat, en la que se suprimirá un carril de circulación dándole sentido de dirección al mar.

Por lo que se refiere a la dinamización y creación de equipamientos, el equipo de gobierno municipal ha anunciado que promoverá un acuerdo con e obispado para usar la iglesia de la Cala con el objetivo de destinarla a usos públicos. Esta es una cuestión polémica ya que el templo lleva años cerrado por peligro de derrumbe y los vecinos reclaman la titularidad pública del templo.