Sergi Gómez consiguió el lunes coronar el Pi de Sant Antoni por cuarta vez. | Jaume Morey

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Pasar de héroe a villano puede ser cuestión de un instante. Sergi Gómez, el joven de 23 años vitoreado por subir al Pi de Ternelles en 2011, 2013 y 2015, fue abucheado el martes por algunos de los asistentes a la fiesta en la Plaça Vella tras coronar el pino por cuarta vez y en tiempo récord. Hay quien no le perdona la destreza, que no dejó tiempo a los menos experimentados a realizar la proeza.

¿Qué pasó este martes en la Plaça Vella?

—Este viernes, mi amigo Josep Lorente y yo bailaremos los cavallets por Sant Sebastià y nuestro amigo Mario Sánchez llevará el estendard y hablando pensamos que sería bonito que los tres subiéramos el pino este año. La idea es que yo ayudara a subir primero a uno de ellos, que lo coronaría, pero al llegar a la segunda cuerda vi que venían cuatro o cinco y ninguno eran ellos. Me decían desde abajo, «sube, sube, que no llegamos», y subí.

Y empezaron los abucheos...

—En parte entiendo la reacción de esas personas. En Pollença, quien más quien menos tiene un familiar o un amigo que quiere subir el pino. Pero lo cierto también es que lo he dado todo por Pollença y que puedo decir que estoy contento.

Te quedaste como congelado y no llegabas a abrir la bolsa de confeti.

—No sabía que hacer, estaba dudando, pero justo abajo tenía unos cuarenta o cincuenta amigos que me decían: «Lo has hecho bien». En solo unas horas recibido más de trescientos mensajes de gente que piensa así. Al final, hoy, con todo más calmado, me doy cuenta de que en la plaza había más de mil personas y a lo mejor eran unas cien las personas que me abucheaban.

Y decidiste bajar sin recoger el gallo ni soltar las cuerdas.

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—No sabía qué hacer y decidí dejar el gallo para Samuel que venía justo detrás, pero luego al llegar abajo él dijo que no, que era mío que yo había ganado y me lo llevé. Lo tengo en la finca, con los demás gallos.

De ser hoy, ¿habrías actuado de otra forma?

—Seguramente sí, no tendría que haber terminado antes de bajar todo y quitar las cuerdas. Tendría que haber terminado como toca y seguir.

¿Volverás a intentar subir otro año?

—Es difícil decirlo ahora mismo, con lo que ha pasado te diría que seguramente no.

¿Ha sido una experiencia agridulce?

—Complicada, pero tengo que decir que es una alegría, estoy contento, porque después bajas y ves que la gente que realmente te conoce está contenta. No hay motivo para estar triste. Realmente hubiera sido muy bonito vernos los tres (los cavallets y el estendard) allí arriba, que recordaran este año porque subimos los tres, pero no ha podido ser.

Lo cierto es que subiste en un visto y no visto. ¿Era más fácil trepar al pino este año? ¿Faltaba jabón?

—Fácil no era, pero es cierto que el pino era un poco más bajo este año que otros años y no tenía casi jabón. No patinaba nada, esa es la verdad. De hecho todo el mundo lo vio, bastaba mirar toda la gente que subía detrás.