Se ha levantado todo el tramo del paseo para realizar una acequia para instalar los cables eléctricos. | Joan Socies

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Uno de los temas más polémicos en el momento de construir el paseo de la Colònia de Sant Jordi fue la ubicación de los puntos de luz. Se consiguió una solución de consenso con luces baliza en el suelo del paseo. Ahora, el Ajuntament de ses Salines está instalando nuevas farolas de cuatro metros de altura que han vuelto a provocar las críticas y el rechazo de los vecinos.

Un grupo de vecinos ya han iniciado una recogida de firmas para mostrar su rechazo ante esta iniciativa del Consistorio. Señalan que se trata de una instalación de farolas que parece totalmente desmesurada y que provoca un importante impacto visual y lumínico que desvirtúa la primera linea de costa. En su momento, en el año 2001, cuando el Jaume Matas, impulsó el proyecto desde el Ministerio de Medio Ambiente, fueron el GOB y el PSOE los que mostraron su rechazo a la iluminación. El equipo de gobierno entonces formado por PP-UM quién aportó la idea de instalar las luces en el suelo. Lo que se quería evitar, según señalaron en ese momento, es el importante impacto de luz que tiene sa Ràpita, por ejemplo.

Los vecinos manifiestan que «ya sabemos que no conseguiremos parar las obras, pero creemos que se tendría que haber convocado a los vecinos antes de aprobar esta nueva instalación. Este tipo de farolas de cuatro metros son desmesuradas para el tamaño del paseo».

Otro de los inconvenientes que ven los vecinos es la falta de mantenimiento del paseo. Consideran que con un buen control no hubiera sido necesario cambiar la iluminación actual. En este mismo sentido ven que con la instalación de estas farolas pasará lo mismo, la falta de mantenimiento y la proximidad del mar provocarán el rápido deterioro de toda la nueva instalación.