La regidora de Economía, Maria Antònia Sansó, junto al alcalde Pedro Rosselló.

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Por segundo año consecutivo, el pacto PI-PP-AIPC aplicará una nueva rebaja del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y un 50 por ciento de bonificación de las plusvalías en caso de herencia por defunción.

Si durante este año un recibo de 300 euros del IBI tuvo un ahorro de ocho euros, para el año que viene serán ocho más, lo que en dos años habrá supuesto un ahorro de 16 euros para el contribuyente.

Con esta reducción, el IBI en urbano y en rústico se equilibrarán y tributarán al 0,638, lo que le supondrá al Ajuntament recaudar unos 300.000 euros menos a causa de la rebaja de este impuesto.

Otra medida es la reducción al 50 por ciento de las plusvalías a tener que pagar en caso de herencia por defunción. Un anuncio que también supondrá que el Consistorio deje de ingresar unos 150.000 euros más. En total, la bajada de impuestos anunciada reducirá la recaudación en 450.000 euros.

La regidora de Economía, Maria Antònia Sansó, explicó que «dada la buena situación económica del Ajuntament nos podemos permitir esta rebaja, ello no impedirá mantener las inversiones anuales previstas ni el marco de gasto público que ya nos viene regulado por ley».