Las familias llevan años exigiendo la construcción de un nuevo colegio en Caimari. | Elena Ballestero

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La comunidad educativa de Caimari hace una llamada a Educació y al resto de instituciones supramunicipales para «que pongan un poco de luz y sentido común» ante la «incapacidad» de los políticos locales de alcanzar un acuerdo que permita solucionar la falta de terrenos para construir la nueva escuela.

La APIMA del CEIP Ses Roques dice sentirse «indignada» después de que el regidor de Arrelam, Toni Frontera, rompiera este lunes cuatro meses de silencio del equipo de gobierno (PI-Independents, Esquerres x Poble y el propio Arrelam) y confesara que el solar que presentaron en julio como la solución milagro para construir el colegio ha salido ‘rana’.

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La revelación de Frontera en contra del criterio de sus socios, partidarios de mantener el silencio, evidencia una crisis de gobierno local que podría dejar en minoría al alcalde Joan Sastre un año después de la moción de censura a Joan Rotger (PP). Las desavenencias sobre la transparencia son solo la punta del iceberg de otros conflictos internos como los que hay con el Parc Verd.

«Estamos indignados. No es la primera vez que nos mienten. Las diferencias personales de nuestros representantes pasan por delante de las necesidades de un pueblo y sobre todo de unos niños. Nos sentimos indefensos. Creemos que la Conselleria o cualquier institución externa ha de poner un poco de sentido común y así conseguir que se compre la finca de es Terçal (junto a la iglesia), ya que sabemos que es la única solución posible», dice el APIMA.