Vista panorámica de las casas de la finca de Galatzó, desde el año 2006, propiedad del Ajuntament de Calvià. | jmartiny

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Tal día como hoy de hace 15 años, el alcalde más de derechas que ha tenido Calvià incorporó al activo colectivo el patrimonio medioambiental más importante del municipio.

El día 5 de marzo de 2006 el entonces alcalde Carlos Delgado, entonces militantes del PP, anunció a bombo y platillo, tras una primera mitad de legislatura muy movida (de grave crisis con sus socios de gobierno de Unió Mallorquina, episodios de transfuguismo e incluso con enfrentamientos con la dirección del partido que presidía Jaume Matas), el acuerdo al que había llegado con el a la sazón propietario del predio, el empresario vasco Victorio Urresti, para que antes del 30 de junio de ese año se formalizase la escritura pública de la compraventa. Trámite administrativo que se cerró el 16 de mayo de 2006. Tal operación inmobiliaria llegaba tras la venta de un solar de titularidad municipal en Bendinat que se subastó y adjudicó a Iberdrola por 27 millones de euros. Anteriormente, el pleno había acordado abordar la compra de Galatzó por 2,8 millones de euros, tal como estaba valorada la finca en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) aprobado en el año 2000. De todas formas, dada la extensión de la finca (1.353 hectáreas), una de las más grandes de Mallorca, el precio final de nueve millones de euros pareció al Consistorio más que razonable. «Un precio justo», consideró Delgado en su comparecencia ante los medios acompañado por quien era su socio de gobierno, Isidre Cañellas (UM), y por los tenientes de alcalde del PP José Manuel Ruiz y Alberto León.

De los detalles de la de la compraventa de la finca de Galatzó por nueve millones de euros se enteraron los miembros del equipo de gobierno de Delgado minutos antes de que éste lo anunciara a la prensa. Así lo reconoció el propio alcalde, puesto que las negociaciones las había llevado a cabo él personalmente con dos técnicos de confianza. «Con discreción, tal como debe hacerse». Qué tiempos aquellos...