En el número 74 de Ca'n Picafort, la revista de prensa forana de la localidad correspondiente al mes de julio de un ya lejano 1988, se recoge que «Jeroni Fuster, alias en Picafort, descubrió esta tierra, la amó y le dio su apodo».
Es caracterizado como «un vecino de la Vila, Santa Margalida, un hombre amante de sus ideas, de la soledad y de la contemplación de la naturaleza. Alrededor del año 1860 llegó a estos terrenos de Son Bauló, lindantes con el mar, y construyó en la parte más elevada y rocosa en el terreno que había una cantera una especie de refugio o cobertizo» cerca del Clot des Llop. Es curioso que no se nos hable de una vivienda como tal. Y es que en Picafort no había escogido el lugar para vivir como todo el mundo.
Las mencionadas son líneas escritas por la pluma de Guillem Cantallops, quien recopiló entre los descendientes de Fuster innumerables anécdotas que lo encumbran a la categoría de mito o personaje muy destacado del acervo popular. Al parecer en Picafort vivía perfectamente mimetizado con el ambiente, siguiendo las pautas estacionales que marca el año y alimentándose de lo que la naturaleza le ofrecía, ya fueran esclatasangs, espárragos, caracoles, perdices, saupes (salpes) y todo tipo de crustáceos y moluscos.
Era una especie de guardabosques privilegiado, que no dudaba en gastar bromas de guante blanco a aquellos que ‘osaban' adentrarse en ‘su' tierra, según consta en el siguiente pasaje: «Era conocedor total de todos aquellos terrenos y, varias veces, a los que iban a cortar pinos, o a buscar alga, sin que le vieran, sustraía de sus senaietes el pan o sobrasada. Cuando se daban cuenta comentaban ‘esto ha sido en Picafort' y él, sin ser visto de entre los pinos, les silbaba. Iban de un lado para otro, pero cuando estaban, les silbaba Jeroni desde otro lugar, y así nunca podían dar con él».
Con todo Jeroni Fuster, en Picafort, fue uno de los pioneros y primeros pobladores de este lugar en el centro de la bahía de Alcúdia. Con toda probabilidad no debía sospechar en absoluto que estableciéndose cerca del mar, con la albufera a sus espaldas y el cielo como cúpula, ponía el germen de lo que décadas después se convertiría en una de las colonias de veraneo más concurridas y populares de Mallorca.
No solo para las gentes de la Isla, o de aquellas que retornaban a ella con posibles después de un tiempo haciendo las Américas. También para un buen número de turistas nacionales e internacionales que, con los años, han llegado a este punto singular de la Isla para vivir sus sueños.
8 comentarios
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Desde es clot d´esllops de´n Guillem Cantalops que comta aquestes garridas hitóries de fa més de cent anys; per se gent que anavem a Ca´n Picafort cuant ancara se carretera no estave esfeltada, 1.954) ... mos du a pensar com vivía se gent cincuanta, o, més anys antes de sa Guerra, ja que heran molts es mallorquín que se na anaven a fer ses américas con es meu padrí perque aquí hi avía molta de pobresa i fam. Sarìa molt ilustratíu pens jo, que jent com el Sr. Gullem Cantallops, formasen columnes com aquesta enecdota per fer veura a sa juventud que no tot hera "OR LO QUE LLUÌA" i que no hi avía ni llum eléctrica. ...Lo d´es mal noms, també es molt important ja, ni ha cualcaun de fa pensar. GRÁCIAS!
Ahora si viese como esta le daría un patatús.
JUANMe temo que no ha leído ud. bien el artículo.
Un Jeremiah Johnson mallorquí.
Que son "casas de veraniego"?
Con todos mis respetos a en Picafort no confundamos términos. Realmente el pionero que descubrió este territorio para el turismo fue el señor Don Francisco Alomar, que descubrió y apostó por este lugar, inaugurando el primer hotel de la zona en el año 1934, el Hotel Alomar. El Ayuntamiento de Santa Margarita todavía le debe una calle como reconocimiento.
hoy en dia, hubiera ido a la cárcel y con varios procedimientos administrativos de regalo,....