La plaza volvió a llenarse para ver las danzas de los Cossiers. | Joan Socies

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El olor de la fiesta volvió a esparcirse por las calles de Montuïri. Los Cossiers y el Dimoni volvieron ayer a su sitio natural, las calles del pueblo. Pese a que durante los dos últimos años los danzantes de Montuïri fueron los únicos de su género que no dejaron de bailar, ayer, el pueblo y los vecinos recobraron el sentimiento santbartomeuenc: el contacto con los Cossiers.

La tradición indica que el 15 de agosto, los Cossiers realizan la capta de las joies. Bailan delante los comercios del pueblo para recoger los premios que ganaran los participantes en las corregudes.
La salida de ayer fue muy participativa. El sonido del flabiol anunciaba el retorno de los viejos bailes. Flor de Murta, Obriu-mos, Dansa Nova, Mestre Joan... Las distintas danzas se ejecutaron con cada uno de sus pasos por las calles del pueblo. Más allá de los bailes, los jóvenes llevaban dos años sin tener contacto con las carreras que realiza el Dimoni, por ello el griterío y las carreras devolvieron la fiesta al pueblo. Y es que las corretjades (látigo) volvieron a oírse entre las piernas de los más atrevidos que, al grito de Banya Verda, rostoll!, increparon al Dimoni.

Sin duda, el momento más esperado para muchos fue la carrera que sirve para terminar la vuelta y llegar a la plaza. La baixada des Pujol es uno de los momentos más espectaculares de la diversión entre jóvenes y el Dimoni. En la fiesta de la Mare de Déu d’Agost en Montuïri se recuperó en 2011 la instalación del llit de la Mare de Déu y un antiguo baile, Gentil Senyora, que desde entonces los Cossiers ejecutan en la iglesia antes de realizar la vuelta por el pueblo.

Tradición en evolución

Y es que, como vemos, pese a que la danza date de 1750 y a los ojos de muchos parezca una tradición inmutable, casi fosilizada en el tiempo, la fiesta de los Cossiers de Montuïri es viva por su constante evolución y ‘juego’ con el público. No se trata de una fiesta de mirar. Por ejemplo, además de la recuperación de la danza destinada a bailar ante la Mare de Déu Morta, también se recuperó años atrás La Mitjanit. E incluso desde 2008 en la primera salida del 15 de agosto, los danzantes visten su tradicional traje y no van vestidos de calle como ocurría hasta ese año.
Durante las fiestas, también se puede visitar una exposición con los vestidos hallados dentro de un baúl. Se trata de ropa de los Cossiers datadas entre los años 40 y 50 del siglo pasado.

El apunte

En Banya Verda, veinte años de ‘corretjades’

Hace veinte años (21 veces) que Joan Mesquida Llinàs Gip interpreta el papel del Dimoni de los Cossiers de Montuïri. Es una figura que a lo largo de estos años ha cogido protagonismo y ha pasado de ser un simple acompañante burlón de la fiesta a convertirse en toda una institución.

Mesquida indica que «ha significado todo un orgullo representar al Dimoni y formar parte de los Cossiers». Y es que con Gip finalizó una reticencia histórica hacia la interpretación del Dimoni.