El industrial que trabajó en la cueva explica que debajo de la terraza principal hay varios habitáculos, por lo que podrían estar afectados por la orden de derribo. En el centro de la imagen, tomada durante la reforma de 2010, se ve uno de los respiraderos de la gruta.

TW
24

La Demarcación de Costas de Balears ordenó en 2001 la demolición de la terraza, el solárium y el embarcadero construidos en dominio público justo enfrente de la cueva de Cala Vinyes, que actualmente se ha apropiado el exdueño del equipo de fútbol Newcastle, Mike Ashley. Tras 21 años, las construcciones siguen en pie, e incluso fueron reformadas en 2010 a petición de Linda Ashley, esposa del empresario británico. Por aquel entonces se habían separado (volvieron años después) y ella era la titular de la mansión que ahora venden por 35 millones de euros.

Noticias relacionadas

El organismo anunció la orden de demolición en el Butlletí Oficial de les Illes Balears del 19 de junio de 2001. El documento explicaba que, tras haber caducado la concesión de ocupación del dominio público otorgada en 1984, el propietario (que entonces no era Ashley) tenía un mes para retirar las estructuras. Sin embargo, no solo siguen ahí, sino que Costas tramita una nueva solicitud de ocupación reclamada en 2019 por los Ashley. Sobre por qué no se ha ejecutado la demolición después de tantos años y cómo se puede estar analizando otorgar una nueva concesión, fuentes de la Demarcación alegan que es competencia del Ministerio para la Transición Ecológica, que al cierre de esta edición tampoco respondió a estas preguntas. El GOB registró ayer en Costas una petición para parar el trámite de concesión y que se ejecute ya la demolición.

Otras denuncias

Uno de los industriales que rehabilitó la mansión y y selló las paredes y los techos de la cueva para evitar goteras y desprendimientos denunció a Linda Ashley por un impago de 20.000 euros. También denunció a Alberto Rubio, que diseñó la casa, por hacerse pasar por arquitecto, puesto que según esta fuente el arquitecto Sebastián Muntaner firmaba sus proyectos. El industrial llevó sin éxito el caso al Colegio de Arquitectos, Inspección de Trabajo, Costas, el Ayuntamiento de Calvià y la Guardia Civil. «El agente encargado me dijo que los hubiera llevado al juez, pero tenía claro que los dejarían libres», afirma.