Su abuelo materno se instaló en Mallorca procedente de Eivissa. Su abuela paterna vino de Murcia. De pequeña, le llamaba la atención que muchas de las clientas de la peluquería de su madre, en Consell, procedieran de Puertollano. Tras estudiar Historia, un máster de Patrimonio Cultural y otro de profesorado, Maria Àngels Pujadas Torres (Binissalem, 1995) ha plasmado esa curiosidad en su primer libro: L'arribada dels peninsulars a Mallorca (1900-1973). Els casos d'Alaró, Binissalem, Consell i Lloseta, editado por Lleonard Muntaner. Una radiografía del impacto que tuvo en la sociedad de estos pueblos la llegada de la inmigración peninsular y cómo lo vivieron sus nuevos vecinos.
¿Dónde surge la idea del libro?
— Comienza como un trabajo de investigación dentro del máster que cursaba en 2018-19. Me gusta la Historia local, lo más cercano, y escogí esta temática por dos motivos: el origen de dos mis abuelos, el materno de Eivissa y la paterna, de Murcia; y porque sentía curiosidad al escuchar a las clientas que iban a la peluquería de mi madre hablar a menudo de Puertollano.
¿Como fue el proceso investigador, se basa en los padrones?
— Los primeros seis meses me los pasé analizando los padrones y censos de Consell, Alaró, Binissalem y Lloseta; ninguno estaba informatizado, así que yo llevaba un registro a mano, contando y sumando. Después fui contrastando estos datos con las fuentes bibliográficas que existen y con los testimonios de algunos protagonistas.
¿Cuándo se produce la mayor inmigración en el Raiguer?
— Hay un mito de que los peninsulares llegaron con el boom turístico y no es así: ya estaban aquí y no solo se establecieron en zonas turísticas, sino también en comarcas que no lo eran, como es el caso del Raiguer. En el periodo estudiado (1930-1973) la mayor llegada de inmigrantes se produjo entre 1955 y 1970 y vinieron atraídos por la industria del calzado y la minería. Estas personas venían ya con un trabajo apalabrado; por ejemplo, las Minas Isern de Alaró hicieron una «crida» por radio en Castilla ofreciendo trabajo.
¿De dónde procedían y a qué se dedicaban a su llegada?
— Los primeros años (1930 -1945) vinieron sobre todo de Murcia, de ahí que en algunos pueblos conozcan como «murcianos» a todos los llegados de la Península. Esto aún ocurre en Eivissa. Después vino una gran cantidad de gente de Andalucía, Extremadura y Castilla- La Mancha. Aquí trabajaban en el calzado, industrias agroalimentarias - como la fábrica de albaricoques que hubo en Lloseta - , en la licorería Morey de Binissalem, en los talleres de trinxeters que abundaban en Consell, y los menorquines, ibicencos y andaluces inicialmente trabajan mayoritariamente en la agricultura y luego pasan a la industria. Con el auge del turismo y la crisis del petróleo, muchos se pasarán al turismo y a la construcción. También había una gran masa de economía sumergida, principalmente mujeres que hacían zapatos en casa para contribuir a la economía familiar.
¿Influyeron en la política local?
— Sí, una vez arraigados en la vida local, en los cuatro pueblos encontramos peninsulares en las candidaturas de las elecciones municipales de 1979. Y anteriormente habían impulsado la creación de sindicatos y partidos, sobre todo de izquierdas.
¿Cómo fueron recibidos por la sociedad mallorquina?
— Hay distintos patrones de conducta según la procedencia de cada uno. Las personas que he entrevistado dicen que había algo de recelo, no les resultaba fácil que les alquilaran una casa y a menudo vivían familias enteras juntas hasta que podían alquilar su propia vivienda. Esto, los castellanoparlantes, mientras que para los menorquines, ibicencos y catalanes la proximidad lingüística fue una ventaja.
Sin embargo en los cuatro pueblos que describe hubo muchos matrimonios mixtos esos años...
— Sí, el idioma no fue un impedimento. Poco a poco mallorquines y peninsulares se fueron mezclando y muchos formaron aquí sus familias, ya sea mixtas o con ambos miembros llegados de fuera; y ya se sienten tan mallorquines como de su tierra. En Mallorca había mucha soltería femenina, debido a que en periodos anteriores, fueron los hombres mallorquines quienes emigraron a hacer las Américas, esto favoreció los matrimonios mixtos. La sociedad mallorquina se rejuveneció con la llegada de los inmigrantes de la Península y de las otras Illes Balears, hubo más parejas y más natalidad.
¿Peninsulares o ‘forasters', hubo una estigmatización?
— «Foraster» se usaba con una connotación despectiva, era una palabra usada para insultarlos. Ellos prefieren ser llamados «peninsulares», por eso lo escogí para el título de mi trabajo.
16 comentarios
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Lluís PardoDe forasteros nada, estamos en nuestro país. La Corona de Aragón, se perdió hace cientos de años. Eso ya es vuestro problema.
Cuánto racismo tenéis dentro muchos de vosotros! juN rod, Quasimodo, etc. Pero ninguno entendió nada de las explicaciones que dio la historiadora. Ningún comentario de los mallorquines que migraron a América, de norte as sur. La migración existe desde que el mono y después el hombre, salieron de sus territorios. y siempre será así. el que no lo quiera ver que se tape los ojos. El comportamiento individual depende de la educación recibida. El civismo y el orden social debe ser una maquinaria bien engrasada que las administraciones públicas deben vigilar, hacer pedagogía y ejecutar las leyes para mantener el orden público. Simple, pero por ahora imposible por que aquí en España cada hace lo que quiere y a nadie le gusta que le digan lo que tienen que hacer.
Claudio RanieriTe equivocas, si son emigrantes que vienen a trabajar y a cotizar sus impuestos como yo bienvenidos sean. Si vienen a trabajar en plan pirata, usar nuestra sanidad, recibir ayudas y delinquir, vamos... a vivir del cuento, de los impuestos de los demás, por supuesto que estoy en contra. Claudio tú no serás de esos que viven de vender pareos y pañuelitos en la playa sin pagar nada de impuestos verdad?
La inmigració sempre és bona, si està controlada i limitada a ses necessitats de sa nostra terra. És més problema, empresaris que s'aprofiten de les necessitats de gent forastera, que no pobre gent que només cerca un futur digne. Sense esclavistes empresariutxos, que exploten a persones tot lo que poden, no tindriem aquest efecte crida. Però clar, per això se necessiten molts més inspectors de treball dels que hi ha, i que treballin les seves 8 hores de jornada. Per què no se posen més i se'ls controla !!!???
A los españoles peninsulares que veníamos a trabajar nos decían de forma despectiva...barco de rejilla!!! Ahora a los ilegales que llegan no se atreven a meterse con ellos
A veces no se trata de "donde fueres, haz lo que vieres" o de IMPONER, sino de, como personas, prosperar y no solo fueron "forasters" los mallorquines que hicieron las Américas, los llamados indianos a la vuelta, sino que mucho antes se dieron otros casos de emigrantes. En el inicio del año 900 algunas familias de las Baleares, para salvarse de los ataques de los árabes, desembarcaron en la actual Gerona y se confundieron entre la población local conservando nuestra "llengo" que en algunas poblaciones aun siguen con nuestro artículo "salat". La expulsión de los moriscos del Reino de Valencia, en 1609, supuso el vacío de decenas de núcleos de población y el abandono de grandes extensiones de cultivo. Bastantes de esos lugares fueron repoblados con mallorquines, como buena parte de lo que hoy es la Marina Alta y las zonas aledañas de la Marina Baixa, el Comtat y la Safor. Centenares de personas procedentes de las Baleares se establecieron, con la presumible mediación de nobles y terratenientes de la época, en localidades que habían quedado del todo o casi desiertas. Una de ellas fue Tàrbena, donde cuatro siglos después aún se percibe con nitidez la huella mallorquina. Este municipio del interior de la Marina Baixa, con 640 habitantes en la actualidad, conserva numerosos rasgos de su origen balear en el habla y en las costumbres. El más destacado, y por el que más se identifica el origen mallorquín de los vecinos, es el llamado «parlar de sa»: el uso del artículo «es» o «sa», y el plural «ses», para identificar las cosas, tal y como es habitual en las Baleares. Así, el coche es «es cotxe», la ventana es «sa finestra» y las campanas son «ses campanes», entre cualquier otro ejemplo que se quiera buscar. También es fácil escuchar en Tàrbena el artículo demostrativo «aqueix», propio de las islas, así como «xarrar» al simple hecho de hablar. Som mallorquins i hem de deixar que es peninsulars o forasters, incloguent an es catalans, s'expressin a ses formes que coneixen a ses seves regions i MAI imposar-los ses pròpies o ses d'altres regions, com venim patint en aquestes illes.
Lo que és ridícul i incomprensible és que forasters com el diputat de VOX o immigrants que no s'han volgut integrar a Mallorca perquè no diuen ni una paraula en mallorquí fomentin la xenofòbia contra els "altres" immigrants. I a damunt defensen els interessos de Madrid en contra dels de Mallorca. Inaudit
Los de Puertollano vinieron a trabajar mayoritariamente en las minas. Puertollano era un pueblo minero.
"Foraster» crec que NO s'usava amb connotacions despectives. Segons el diccionari Alcover-Moll, significava " Castellà de nació o de llenguatge", de forma neutra. I de fet mamare tenia amigues íntimes molt estimades i els deia forasteres per voler dir que xerraven en castellà. Record que va ser quan en Gabriel Cañellas i el PP mallorquí va voler utilitzar el regionalisme per atacar al govern del PSOE de Madrid que va començar a ser usat en sentit despectiu la paraula "foraster", però referit a les classes baixes, com a mostra de rebuig a la immigració pobra, perquè els alts funcionaris, també "forasters" i paradoxament molts votants del PP, no es donaven per al·ludits. Aquests no eren forasters, en tot cas madrilenys, sevillans, navarresos, etc. El mateix que passa a ara amb la immigració àrab o africana: si són rics, són turistes o residents o homes de negoci. Si són pobres, llavors sí són immigrants. La dreta no canvia mai, la immigració sí
Som mallorqui i no puc entendre de cap de ses maneras sa "rabia" que mos tenen molts de peninsulars als mallorquins. Sa gran majoria varen venir amb ses butxaques buides i gracies a sa feinada que feren varen poder fogir des barris des peninsulars i prosperar. Ara be molts d'aquets ara no poden sofrir que altres PERSONES com ells venguin a guanyar-se ses sopes com ells feren els 70. Agraits hem de estar TOTS mallorquins que anaren a fer "ses ameriques" peninsulars que vengeren per poder prosperar i com no inmigrants que arriben ara per que no les matin o morirse de fam. TOTS SOM PERSONES.