Joan Rotger, alcalde de Selva, posa en la sede del Consistorio que ha dirigido durante las últimas legislaturas. | F.F.

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Acumula una extensa y notable trayectoria política a sus espaldas, pero es en su pueblo donde concentra el grueso de su hoja de servicios. Proclamado alcalde por octava vez el pasado 17 de junio, Joan Rotger (Selva, 1964) acumula un cuarto de siglo al frente del Ajuntament de Selva, en el que exhibe siete mayorías absolutas y una simple (2015) que le hizo gobernar en minoría y, en su momento, generó la moción de censura que durante poco más de dos años y medio le apartó del puesto (septiembre de 2016-junio de 2019).

Regidor en la oposición entre 1987 y 1995, es uno de los hombres fuertes del Partido Popular en la Part Forana, pero por encima de todo se define como «un alcalde al servicio de la gente, de mis vecinos». Una labor que le convierte en el que suma más años en el cargo en los 53 municipios de toda Mallorca. Sinónimo de la confianza que inspira a los que le rodean desde hace décadas y que, cada cuatro años, queda plasmado en las urnas.

Diez veces número uno en la lista municipal de los 'populares' en Selva, atrapó la vara en 1995 y en ocho ocasiones la ha portado en el arranque de otras tantas legislaturas con Rotger a los mandos de un municipio que, además de su núcleo central, tiene otros como Caimari, Moscari, Biniamar o Binibona, que atender. «La experiencia de la gestión es un aval y una garantía, pero en todos estos años, lo que más me ha chocado ha sido la evolución de la administración. Yo entré y todo era analógico. Ahora es electrónico y digital», explica el primer edil de Selva, abogado de profesión, en su encuentro con Última Hora en la Casa Consistorial.

Más allá de su papel en la política local, Joan Rotger ocupó cargos de altura como la vicepresidencia del Consell de Mallorca (2011-15) o la dirección general de Interior del Govern (2003-07), siendo a la vez presidente del Partido Popular de Mallorca, entre 2007 y 2011. «Son muchos años y, ya le digo, esa experiencia es algo que valoro y me sirve para aplicar al día a día», refiere.

Le satisface haber dotado «de todos los servicios necesarios» al municipio y apuesta por «su potencial turístico, al pie de la Serra», con alicientes «como el deporte, la cultura, el turismo o la gastronomía que nos hacen diferenciales», procurando que «todos los núcleos de población tengan las mismas oportunidades y servicios».

A lo largo de estos cerca de 25 años en la alcaldía, ha tenido «de todo, momentos felices y otros no tanto», y aunque reconoce que la pandemia «fue todo un reto», confiesa que el más duro fue «un accidente de tráfico en el que murieron tres jóvenes del pueblo... Aquellos momentos, con la familia, los amigos, la gente del pueblo... fueron días difíciles para todos».

De aquella primavera de 2020 también tiene recuerdos «especialmente por lo que supuso el confinamiento, la incertidumbre... y que hubo gente que murió por COVID, afectada, los familiares... todo quedó parado y no sabíamos cómo reaccionar ni qué pasaría cuando saliéramos a la calle», rememora Rotger, abogado implicado en la política de su pueblo, afectado como todo el mundo por aquella «situación de emergencia».

Toda esa crisis sanitaria y social tuvo consecuencias en la gestión del Consistorio «porque fue un mandato que quedó reducido a dos años, pero por contra, perimitió que tengamos partidas preparadas para esta legislatura». No en vano, para 2023 cuenta el Ajuntament de Selva con un presupuesto de 3.700.000 euros, «pero especialmente con un superávit de ocho millones, además de 37 expedientes de subvenciones por cinco millones y 4'7 millones para la licitación de la escuela nueva de Caimari», uno de los grandes objetivos de su equipo.

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Y es a ese factor humano al que apela Rotger para seguir «con las pilas cargadas al 100%, con la ilusión de poder disfrutar de esta nueva oportunidad, con más experiencia y conocimiento». Porque al ya habitual alcalde de Selva le mueve «un sentimiento mío, personal y de compromiso, y de amor hacia el pueblo. Sin eso, no tiene sentido», remarcando el papel «de un equipo de personas que te apoya, con el convencimiento de una idea de pueblo que hemos trasladado a la gente».

Pero también quiere agradecer la comprensión «de mi familia, que también es importante. Fíjese, me casé y he tenido a mis hijos siendo alcalde», apostilla Joan Rotger, que deja muy claro que su dedicación «al pueblo es total, la mía y la de mi equipo. Sin ellos, no podría salir bien y ahí tenemos un trabajo de coordinación y compromiso que quiero remarcar».

Le vienen a la cabeza muchas cosas, «unas mil intervenciones en todos estos años», pero de todo ello saca en positivo que «todas han sido útiles y obedecen a un plan». Y apunta que «esa experiencia de la que hablaba antes, te permite conocer mejor la realidad y tener una intuición para aplicar o buscar subvenciones», aportando también esa experiencia cuando colegas suyos le piden consejo o en escenarios como la FELIB.

En la legislatura recién abierta, la octava con Rotger portando la vara de alcalde de Selva, destaca inversiones como la apertura del centro de día, la escuela nueva, la reforma de la plaza de Caimari y la ampliación de la escoleta; un Punto Verde en Selva, aprobar el Plan General, mejorar el polideportivo y sus vestuarios o desarrollar un centro de formación ocupacional y limpiar la Comuna de Caimari, afectada por la borrasca 'Juliette', además de trabajos de arreglo o asfaltado de caminos y calles y mejorar el ciclo del agua son otros retos, junto a la creación de aparcamientos.

Pero no puede dejar de lado el peso de los núcleos que forman el municipio, e intervenciones como la reforma del convento de Moscari, para convertirlo en un edificio multifuncional; en Biniamar, pretenden llegar a un acuerdo con la Diócesis para intentar arreglar y convertir la iglesia nueva en un espacio polivalente y multifuncional o adquirir la cantera para conseguir nuevos espacios, de la misma manera que trabajar en una ruta cicloturística en la que participen Búger, Campanet, Selva y Mancor, a través del Camí de Can Tabou.

«Tenemos proyectos que podemos asumir por el remanente a consecuencia de la inflación y no debemos nada a los bancos», subraya Rotger, quien destaca la buen salud de las arcas del Ajuntament de Selva, que bajó en su día el IBI y garantiza «servicios sociales que lleguen a todos y en los diferentes núcleos y para los diferentes colectivos», asegura.

De todos estos años de gestión en la alcaldía de Selva, Joan Rotger valora muchas actuaciones, pero particularmente, en Selva remarca algunas como la rehabilitación de Ca Ses Blaies o la reforma de Es Centre; en Binibona, el mantenimiento de la red pública de caminos; en el caso de Biniamar, la adquisición del centro sociosanitario o en Moscari la del convento (2014); ya en Caimari, poner en marcha la escuela nueva, la amplicación de la carretera de acceso, o el encauzamiento del torrente de Sa Mosquera.

Todo ello conforma el legado político y material del alcalde que más años lleva al frente de un municipio en Mallorca, superando con holgura a quienes ya acumulan también tiempo al frente de sus respectivas instituciones, y al que la ilusión y la proximidad de sus vecinos mueven para arrancar cuatro años plagados de retos.