La Ermita de Betlem es un lugar único, una zona emblemática que se encuentra a unos 280 metros sobre el nivel del mar.

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Betlem mostrará su lado más dulce gracias a la recuperación de la elaboración de miel que ya llegaban a cabo los ermitaños. La Cooperativa de Artà, de esta manera, empieza a poner en marcha su atractivo proyecto agrario impulsado gracias a un convenio entre el Bisbat y la sociedad para recuperar y revalorizar las tierras colindantes de la ermita. La cooperativa gestiona estos terrenos, seis hectáreas pertenecientes a la antigua alquería de Binialgorfa en la que principalmente hay olivos, higueras y almendros.

El gerente de la Cooperativa, Albert Ferrer ha explicado que ya están preparando los terrenos y se han iniciado las labores para instalar 20 colonias de abejas mallorquinas. «Los días 30 de junio y 1 y 2 de julio realizaremos el cierre perimetral para instalar los paneles para llevar a cabo todo el proceso de elaboración de la miel». De esta manera el objetivo es producir miel local pero también mejorar la polinización de flores y árboles y dar valor al entorno es que una de las finalidades de este proyecto es fomentar el cultivo de variedades locales en agricultura ecológica.

Para llevar a cabo este proyecto se cuenta con un equipo de trabajo formado por agricultores y técnicos capacitados en el cultivo de variedades locales, ganadería tradicional y gestión de productos de interés público y privado. El ámbito de la actuación del proyecto es la Ermita de Betlem. La finca está situada a unos 280 metros de altura, en una zona rodeada de pinos y carrizales. Hay dos recintos destinados a olivar de montaña con alguna higuera y que suman 18.000 metros cuadrados, otro recinto con una plantación de higueras de 1.600 metros cuadrados y dos recintos que se encuentran en barbecho limpio que suman 20.000 metros cuadrados.

Ferrer explicó que «de momento están instaladas las estructuras y ahora haremos el cierre . Luego ya a finales de año se llevará a cabo el apartado agrícola».Y es que el proyecto contempla la creación de un banco de germoplasma de olivo, viñas y frutales. Tal y como explican los técnicos, la finca de la Ermita es adecuada porque dispone de tierras indicadas para el cultivo del olivo, la vid y los frutales y tiene agua durante todo el año. El aislamiento geográfico de que dispone la finca permite que sea muy adecuada para evitar la propagación de plagas y enfermedades.

El gerente destacó que «para llevar a cabo el proyecto se colabora con la Associació Varietats Locals.Los trabajos se llevarán a cabo en varias fases. Con este convenio entre la Cooperativa de Artà y el Bisbat se revaloriza el entorno agrario, se crea un incentivo patrimonial más para dinamizar el municipio y también se promueve el producto local.