TW
0
EFE - LA HAYA La ceremonia inaugural, en el Centro de Congresos de la capital administrativa de Holanda, fue interrumpida por activistas que protestaron contra la construcción de la presa de Itoiz, en Navarra, y lograron suspender el acto durante casi media hora. Dos de ellos, completamente desnudos, lograron subirse al escenario mientras el presidente de la Comisión del Agua, el egipcio Mahmoud Abou-Zeid, pronunciaba su discurso inicial y gritaron consignas contra la privatización del agua y la presa de Itoiz. Otros se encadenaron a sillas e incluso a algunos asistentes al acto, mientras el príncipe Guillermo Alejandro se subió al escenario para llamar a la calma y los instó a actuar de una manera «civilizada». «Este es un foro para gente normal para discusiones normales», dijo.

Los participantes en el Foro se mantuvieron impertérritos y en sus discursos manifestaron que quieren que de la reunión, la mayor de esta naturaleza en la historia, salga la creación de un verdadero Movimiento Internacional del Agua, similar al movimiento ecologista, surgido en la década de los setenta.

La reunión, a la que se unirán 116 ministros del Medio Ambiente el próximo martes y miércoles, tiene además la tarea de crear un plan de acción para los próximos treinta años, en el que se incluye la duplicación de la inversión mundial anual en proyectos relacionados con el agua, que ahora asciende a unos 80.000 millones de dólares. Los problemas que hay que superar son diversos y varían, según las regiones mundiales: existe una escasez crónica de agua para algunas, demasiada agua en otras regiones y este elemento básico para la supervivencia de la humanidad está cada vez más sucio y contaminado.

Tan sólo su insalubridad cuesta la vida anualmente a unos 3'4 millones de personas, la mitad de la población actual de la Tierra carece de acceso a un agua limpia y el mayor reto surge de la mortal ecuación que indica que dentro de 25 años se necesitará un 20 por ciento más de agua para alimentar a lo tres mil millones de personas más que habitarán el planeta. Los pobres son los principales afectados y pagan como media un 12 por ciento más que los ciudadanos conectados a servicios municipales por cada litro de agua, que en general es sacada de ríos contaminados.