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Un posible primer caso de fiebre aftosa ha sido detectado en Francia y la granja, situada en el departamento de Loire (centro-sureste), está en cuarentena como medida cautelar desde el viernes por la tarde, informaron ayer las autoridades. Los primeros análisis efectuados en los ovinos de la explotación dieron resultados negativos, pero habrá que esperar hasta mañana para confirmar que no están infectados, según la Prefectura.

El anuncio se produce después de que se detectara el viernes por la noche en Bélgica un posible caso de aftosa en una explotación, situada a unos 20 kilómetros de la frontera francesa, lo que llevó al Gobierno francés, de común acuerdo con el belga, a prohibir ayer las importaciones de ganado de ese país. En Francia, las autoridades han tomado medidas para aislar la granja de Roche-la-Moliere (Loire), donde se detectaron manchas rojas en la boca de varios corderos, explicaron fuentes de los servicios veterinarios de ese departamento.

La detección tuvo lugar durante un control de rutina, precisaron las fuentes, que subrayaron que las manchas pueden deberse a otras muchas enfermedades. La policía y gendarmería han establecido un perímetro de seguridad, con vallas metálicas, para impedir el acceso a la explotación, cuyos habitantes son sometidos a medidas de desinfección cuando salen de ese cordón de precaución. La explotación pertenece a un negociante de animales, que había reunido un buen número de ovinos para venderlos en la fiesta musulmana de Aid el Kébir, en la que se procede al sacrificio ritual de corderos.

Los animales habían sido comprados la semana anterior en un mercado de ganado y no se ha podido establecer su procedencia. Ayer, el ministro francés de Agricultura, Jean Glavany, dijo que «de momento, no hay todavía casos de fiebre aftosa en Francia» y «cruzo los dedos esperando que no los haya».