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El presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, Antonio Borregón, pidió ayer al Gobierno que cierre unilateralmente la frontera a animales vivos procedentes de otros países, como han hecho Francia e Italia, y que prepare un operativo especial por si hay que vacunar contra la fiebre aftosa.

Criticó la «permisibilidad» de las medidas aprobadas ayer por el Comité Veterinario Permanente de la Unión Europea en relación con la fiebre aftosa y señaló que esta postura demuestra que este organismo actúa siempre «bajo presiones políticas». Añadió que las recomendaciones de los veterinarios comunitarios «dejan siempre un portillo abierto» para conservar el sistema comercial de compra y venta de animales, que es precisamente el que ha traído la difusión de las epizootías.

Mientras, el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, anunció que todos los análisis para detectar la enfermedad de la fiebre aftosa efectuados a unas 37.000 cabezas de ovino y caprino procedentes de Holanda y Francia han sido negativos. Respecto al cierre de frontera recordó que el movimiento animal en la sede comunitaria ya está prohibido por la UE.

De otra parte, el departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno Foral informó ayer de que el Laboratorio Nacional de Referencia de Zaragoza ha confirmado el diagnóstico positivo en relación con la EEB de una vaca sacrificada el pasado 19 de febrero en el matadero Mafrido de San Sebastián y procedente de una granja del noroeste de Navarra. La res detectada en Guipúzcoa, de raza parda alpina, fue sacrificada cuando tenía 51 meses y comunicada como caso sospechoso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) por el Gobierno vasco el pasado 23 de febrero.