El Papa lanzó ayer un mensaje de esperanza a los hombres del tercer
milenio, a quienes dijo que el mundo ya no es esclavo de
acontecimientos inevitables y que la paz es posible en Oriente
Medio y en los Balcanes e hizo votos para que la investigación y el
progreso se pongan al servicio del ser humano.
Juan Pablo II también exhortó a América Latina para que mire a
Cristo, «en el que encontrará el coraje necesario para el
desarrollo respetuoso de cada ser humano». Lo dijo en su esperado
Mensaje Pascual, el primero del tercer milenio, que pronunció en la
plaza de San Pedro del Vaticano, ante más de 150.000 personas,
transmitido en directo por televisión a 60 países y en el que
volvió a condenar la violencia y el odio.
«Hombres y mujeres del tercer milenio, el don de la paz de
Cristo resucitado es para todos. ¡Que rompa las cadenas de la
violencia y del odio!. Redescubrir hoy, con alegría y estupor, que
el mundo ya no es esclavo de acontecimientos inevitables. Este
mundo nuestro se puede cambiar», afirmó el Pontífice.
Juan Pablo II aseguró que la paz «es posible» también en esos
lugares donde «desde hace demasiado tiempo se combate y se muere,
como en Tierra Santa y Jerusalén (Oriente Medio).
El papa Juan Pablo II apareció ayer más recuperado y con un buen
estado físico durante la misa solemne de Resurrección y la lectura
del Mensaje Pascual, con su voz clara y firme, lo que alejó los
temores disparados sobre su salud el Viernes Santo, cuando no
recorrió totalmente el Vía Crucis.
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