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La policía detuvo ayer a doce jóvenes en la ciudad inglesa de Oldham, donde por segunda noche se registraron disturbios desencadenados por el ataque de un grupo de jóvenes blancos a viviendas de una comunidad asiática. En los enfrentamientos del domingo al menos siete jóvenes blancos y cinco asiáticos fueron arrestados, aunque no se registraron heridos. Al igual que en los incidentes del sábado por la noche, varias bandas de jóvenes se enfrentaron con las fuerzas del orden a los que arrojaron bombas incendiarias y piedras y también levantaron barricadas con muebles y automóviles a los que prendieron fuego.

A pesar de la gravedad de los enfrentamientos, no alcanzaron la tensión de los ocurridos la noche anterior, cuando cerca de medio millar de jóvenes asiáticos se enfrentaron con la policía. Según las fuerzas de seguridad, los disturbios del sábado fueron los más graves registrados en Inglaterra en los últimos años y en ellos fueron detenidas diecisiete personas y quince policías resultaron heridos.

La noche del domingo la tensión comenzó con una reyerta en un bar de las afueras de la ciudad en la se vieron implicadas medio centenar de personas. Posteriormente, unos doscientos jóvenes salieron a las calles de la localidad por lo que la policía puso en marcha un fuerte dispositivo. La tranquilidad volvió ayer a las calles de Oldham y los servicios de limpieza retiraban los restos dejados por los enfrentamientos.