El toque de queda regía ayer en Katmandú, donde han muerto dos
personas en los disturbios que han seguido a los extraños sucesos
en los que perdió la vida este fin de semana la mayor parte de la
familia real, y donde ha sido coronado el hasta ahora regente
nepalí, Gyanendra.
La muerte de su sobrino, Dipendra, que ha reinado dos días en
coma y declarado clínicamente muerto, tras los sangrientos sucesos
en los que perdieron la vida el rey Birendra, su esposa y otros
seis familiares, ha despejado el camino del trono a Gyanendra, de
53 años. Dipendra fue entronizado el sábado, pese a su gravísimo
estado por haber intentado suicidarse de un disparo tras dar muerte
a tiros a casi toda la familia real, incluidos sus padres.
En Katmandú, donde se impusieron fuertes medidas de seguridad y
un gran despliegue de soldados y policías, los acontecimientos se
sucedieron ayer a ritmo trepidante, mientras las autoridades
trataban de controlar las violentas manifestaciones.
La ceremonia de subida al trono del tercer monarca que reina en
Nepal en tres días tuvo lugar en la capital, mientras soldados y
fuerzas antidisturbios controlaban el centro de la ciudad.
Grupos de ciudadanos, jóvenes en su mayoría, volvieron a
manifestarse ayer en Katmandú indignados por la falta de
información sobre los sucesos.
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