Annan y otros altos cargos extienden un tapiz alusivo al problema del sida.

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EUROPA PRESS-NUEVA YORK Kofi Annan instó ayer a terminar con los tabúes, el secretismo y la discriminación que caractiza a una epidemia que afecta a más de 36 millones de personas en todo el planeta y que por el momento se ha cobrado la vida de otros 22 millones de personas más. «No se puede hacer frente al sida con juicios morales o negándonos a aceptar hechos que son desagradables, y menos aún estigmatizando a los que están infectados y culpándoles por ello», afirmó Annan en el discurso de apertura de la Asamblea, la primera exclusivamente dedicada al sida veinte años después de detectarse la enfermedad por vez primera. El mensaje del diplomático ghanés tenía un objetivo muy claro: los países que en las últimas semanas se han opuesto a mencionar específicamente en la declaración oficial que cerrará la Sesión a los homosexuales, los drogadictos y las prostitutas, que son los colectivos más amenazados por la enfermedad.

Según denunció la semana pasada Human Rights Watch, países como Estados Unidos, Egipto y Libia, así como el Vaticano, han intentado eliminar del borrador las menciones a minorías de alto riesgo, como «hombres que mantienen relaciones con hombres, personas que ejercen la prostitución y se inyectan drogas, así como sus parejas», prisioneros y refugiados. La delegación de Washington propone, por ejemplo, limitar esta lista y replazarla por la vaga e inconcreta frase de «individuos vulnerables», incluyendo los que tienen «conductas sexuales arriesgadas». El Vaticano prefiere una referencia eufemística a las «personas que tienen diversas parejas sexuales», mientras que Egipto sugiere aludir a «formas de comportamiento sexual irresponsable».

«Sólo podemos luchar contra el sida hablando con claridad y abiertamente, tanto de la forma en que las personas se infectan como del modo en que se puede evitar la infección», apuntó Kofi Annan en su discurso. «Que nadie se imagine poder protegerse alzando barreras entre 'ellos' y 'nosotros' "añadió", en el mundo despiadado del sida, no existe el 'ellos' y el 'nosotros'». El secretario general de la ONU instó además a los delegados a tomar decisiones concretas para frenar la epidemia «que se extiende por todos los rincones del planeta». Según sus palabras, veinte años después de detectarse el síndrome en Estados Unidos, «la respuesta del mundo no ha estado a la altura del desafío».