Diane Pretty, la británica
tetrapléjica de 43 años que llevó su caso a los tribunales para que
se le permitiera la eutanasia asistida por su marido, murió el
sábado, informó ayer su familia.
Pretty, madre de dos hijos, falleció en un hospital cerca de su
casa en Luton, al norte de Londres, acompañada de su marido, Brian.
La británica, cuyo caso fue centro de atención de los medios del
Reino Unido en los últimos meses, empezó a tener problemas
respiratorios hace unos diez días, poco después de perder su última
batalla legal en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Pretty quería que la Justicia le permitiera la muerte asistida
porque temía fallecer de asfixia, algo común en la enfermedad
degenerativa del sistema neurológico que padecía.
La enferma no quería que su marido fuera procesado si la ayudaba
a morir ya que ella no podía quitarse la vida por sí sola. Diane
tuvo que pasar por lo que anticipábamos y por lo que ella temía, y
yo no pude hacer nada», dijo ayer Brian.
En un comunicado de Brian Pretty difundido a través de la
Sociedad de Eutanasia Voluntaria (SEV), que apoyó al matrimonio en
la batalla legal, el pasado día 2 Diane pidió que se llamara a un
médico porque tenía problemas para respirar.
«Al día siguiente ingresó en el hospital porque seguían los
problemas respiratorios. Los médicos y las enfermeras la pudieron
estabilizar por algunos días, pero aún tenía dolores», añadió. «El
personal (de la unidad sanitaria) se comportó de manera maravillosa
y había siempre alguien a su lado», agregó la nota. Pero el pasado
jueves su estado empeoró, entró en estado de coma y murió el
sábado, precisó el marido.
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