26/05/02 0:00
EFE. Barcelona.
Paulino Castells e Ignasi de Bofarull, que acaban de publicar el
libro «Enganchados a las pantallas», han dicho en una entrevista
con Efe que las adicciones a Internet deben ser consideradas como
una especie de «botellón electrónico». Castells indica que «el
problema de las adicciones deriva de la existencia de una sociedad
como la nuestra con tanta oferta alienante que coincide con un
público bulímico que no para de ingerir cosas superfluas». El niño
retraído, con baja autoestima, muchas veces con fracaso escolar,
que muestra una incomunicación familiar y denota una falta de
afecto es la tipología, añaden ambos especialistas, que suelen
acabar con problemas de adicciones a la televisión, los
videojuegos, Internet o los móviles. Para este niño, «Internet o
los videojuegos representa un paraíso emocional tan maravilloso
que, en contraste con el mundo real aburrido, resulta
suficientemente atractivo como para engancharlo». Bofarull opina
que «el problema de fondo es la dinámica de consumismo a la que
estamos abocados: hay consumos superfluos de cosas que no
necesitamos y delante tenemos a jóvenes muy ociosos, que pueden
acceder a páginas web como loquesea.com o rincondelvago». Los
autores de «Enganchados a las pantallas» (Planeta) sitúan estas
adicciones como una especie de «botellón electrónico que te puede
colocar igual, pero con el agravante de que no es perseguido por la
policía». Incluso, agregan los especialistas, puede contar con la
connivencia involuntaria de los padres de un hijo que esté
conectado de manera silenciosa a un chat en su habitación durante
horas, algo que «puede ser bien visto por sus padres en el sentido
de que pueden decir que mi hijo no sale nunca de casa y no molesta
a nadie».
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