Principales daños. Los daños principales causados por «Isabel» se debieron a los vientos y las lluvias que derribaron miles de árboles y postes del tendido eléctrico y desbordaron ríos.

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«Isabel» se degradó de huracán a tormenta tropical ayer en su paso hacia el norte después de dejar por lo menos 17 personas muertas y más de 4,5 millones de casas y negocios sin electricidad desde Carolina del Norte a Pensilvania. El huracán, que por segundo día mantuvo cerradas las oficinas del gobierno federal, llegó el jueves a las costas de Carolina del Norte con vientos de hasta 160 kilómetros por hora, y cruzó sobre la capital durante la noche con lluvias y vendavales de 80 kilómetros por hora. Los daños principales causados por «Isabel» se debieron a los vientos y las lluvias que derribaron miles de árboles y postes del tendido eléctrico, desbordaron ríos, y obligaron a la evacuación de decenas de miles de personas.

Los vientos alcanzaron tal fuerza que hicieron sonar los timbres en algunas casas, y las lluvias tal intensidad que, por primera vez, se autorizó que los militares que custodian la Tumba del Soldado Desconocido, en el Cementerio Nacional de Arlington, abandonaran sus puestos. Por la mañana «Isabel», que en su apogeo tres días atrás había alcanzado la categoría máxima (5) de huracanes en la escala Saffir-Simpson, se movía a unos 30 kilómetros por hora hacia el sur de Pensilvania, y los meteorólogos le bajaron su calificación a mera tormenta tropical. El Centro de Huracanes indicó que al amanecer del viernes, el ojo de «Isabel» se hallaba cerca de la latitud 39,2 Norte, y la longitud 78,7 Oeste, próxima de Río en la región oriental de Virginia Occidental. El debilitamiento de «Isabel» trajo alivio a las compañías de seguros que se habían preparado para cubrir daños temidos en unos 4.000 millones de dólares, y que según los primeros cálculos no superarían los 1.000 millones de dólares. Más de 300.000 empleados del Gobierno se quedaron en sus casas.

El presidente de EEUU, George W. Bush, declaró zona de desastre a 26 condados en el este de Carolina del Norte, y 18 condados y 13 ciudades en Virginia. Los gobernadores de Virginia, Carolina del Norte, Delaware, Maryland, Pennsylvania y Nueva Jersey ya habían declarado emergencias.