Puede parecer a simple vista una práctica aislada e
insignificante, pero los pequeños hurtos en grandes almacenes
generan unas pérdidas de alrededor de 900 millones de euros y cerca
de 45.000 personas son detenidas al año por robar en
establecimientos comerciales en nuestro país. A pesar de lo
abultado de estas cifras, España ocupa el séptimo puesto en la
clasificación europea de robos en grandes almacenes, una lista que
encabeza Reino Unido, seguido de Noruega y Grecia, según la
Asociación Española de Codificación Comercial (AECOC).
Los «más robados» son los artículos de droguería, alimentación
envasada, productos frescos, textiles, discos compactos y
accesorios, aunque en Navidad las bebidas alcohólicas se colocan a
la cabeza seguidas de los perfumes y la cosmética masculina. Los
protagonistas de estos incidentes, o bien son ladrones
profesionales o clientes reincidentes, generalmente menores de
treinta años, que eligen los viernes, sábados y festivos para
llenar la bolsa de la compra de algunos caprichos de entre 6 y 30
euros, según el último estudio sobre el tema elaborado por AECOC en
2002.
Pero no son estas las únicas «sustracciones» anómalas que
padecen en concepto de «pérdida desconocida». El hurto externo
representa un 53 por cien de estas pérdidas, otro 24 por cien tiene
su origen en los robos perpetrados por el propio personal.
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