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EFE-PARIS
Los tres «paparazzi» que fotografiaron a la princesa Diana de Gales y a su amigo Dodi Al Fayed el día de su mortal accidente fueron absueltos ayer de los cargos de violación de la intimidad por el Tribunal Correccional de París, en el único juicio celebrado en Francia por la muerte de la popular pareja.

El veredicto de ayer pone fin a las acusaciones contra los fotógrafos que persiguieron en moto a la pareja y que fueron los primeros en llegar al lugar del siniestro que costó la vida a la pareja y al chófer en agosto de 1997.

Los tres fotógrafos, Christian Martínez, Jacques Langevin y Fabrice Chassery, habían sido acusados de violación de la intimidad y de la vida privada por el padre de Dodi, Mohamed Al Fayed. Éste anunció, por su parte, que apelará la decisión de la justicia francesa de absolver a los tres fotógrafos porque «los paparazzi tuvieron un papel significativo en la tragedia y deben ser castigados», afirmó.

La conmocionada opinión pública tornó su dedo acusador contra los fotógrafos, al considerar que habían obligado al conductor a acelerar la marcha, lo que pudo provocar el accidente.

Sin embargo, la investigación oficial los exculpó, al considerar que la causa del siniestro fue el exceso de alcohol mezclado con medicamentos que había consumido el conductor Henry Paul el día del accidente, unido a la gran velocidad a la que circulaba.

Disconforme con los resultados de las pesquisas, el padre de Dodi decidió mantener la persecución judicial contra los fotógrafos y les acusó de atentado contra la intimidad de la pareja, apoyándose en la legislación francesa que considera el coche como un lugar privado.