Los conflictos armados y el olvido internacional hacen peligrar la estabilidad en África.

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Àfrica Occidental se encuentra a un paso de sufrir una crisis humanitaria generalizada a causa de los enfrentamientos, de las crisis políticas y de las dificultades que afrontan los procesos de paz, según denuncia la Unidad de Alerta de la Escola de Cultura de Pau en un informe en el que advierte de que «la comunidad internacional no está prestando la suficiente atención».

De hecho, «los diferentes grupos armados tienen vinculaciones entre ellos» y se produce un «flujo de mercenarios» que cruzan las fronteras de un país a otro.

Este centro de análisis, dependiente de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ubica a cinco países, -Guinea-Conakry, Guinea-Bissau, Sierra Leona, Liberia y Costa de Marfil-, en la situación más acuciante y considera en concreto a los dos últimos especialmente «reactivos», según el encargado de dirigir el informe, Óscar Mateos.

«Liberia y Costa de Marfil son situaciones muy reactivas» capaces de extender «la crisis humanitaria y el conflicto armado» a otros países, señaló Mateos, para el que es necesario adoptar una «óptica regional» que parta de la premisa de que los enfrentamientos en cada país «no son aislados».

Otros aspectos que muestran el carácter regional de la crisis son el constante movimiento de refugiados y desplazados internos, el enorme tránsito de armas ligeras y la inestabilidad de las fronteras entre Guinea, Sierra Leona, Liberia y Costa de Marfil. Además, las organizaciones humanitarias no logran acceder a los millones de personas afectadas por la crisis alimentaria y la violencia.

Mateos aseguró que es necesaria una «atención internacional más contundente» y «prolongada» que permita la llegada a estos países de «recursos económicos» adecuados y la detención de las crisis «antes de que se produzcan».

En este sentido lamentó que se haya «desviado la atención» y que los principales esfuerzos económicos de la comunidad internacional se estén dirigiendo a otros conflictos, como los de Irak o Afganistán. De hecho, señaló, el 70 por ciento de la ayuda de los países occidentales va dirigida a estos países.